Prometí no decir nada, pero…

Le prometí no decir nada a nadie.

Y a nadie he dicho nada.

De mi boca no ha salido una sola palabra,

Ni el más mínimo detalle.

De esa gran noche, amor de locura y pasión que hubo entre nosotros.

Juro que a nadie le he contado

Que por fin, su cuerpo desnudo estuvo entre mis brazos,

Que besé y mordí sus labios,

Que mis manos deslicé por su espalda,

Que estuve en ella y ella en mí,

Y que juntos, al unísono, el volcán hizo erupción.

Y de nuestros cráteres brotó y expulsamos fuego, cenizas y todo el infierno lujurioso que uno a otro sentíamos.

Sus lavas ardientes y las mías irrumpieron la solemnidad, inundaron e hicieron arrodillar el silencio,

Y dieron coraje y valor al miedo.

Y nos abrazamos, y exhaustos, sin pruritos, ni vergüenza alguna,

Dejamos principios y pudores desnudos en la cama, aquel paradisíaco lecho, en donde el amor gráfico su figura,

Y las horas no marcaron tiempo.

Ella estuvo en mí, y yo en ella.

Pero a pesar de que me muero por las ganas de expresar mi alegría y presumir describiendo nuestro hermoso encuentro, juro que no, que a nadie he dicho nada.

Y que si acaso algo se rumora,

Se sospecha o comenta,

Es posible que se deba a la expresión de felicidad que se refleja en mi rostro,

O en mi forma de caminar,

Ensimismado y absorto,

Ajeno a todo cuanto me rodea,

Riendo al cielo y hablando solo,

Atrapando al viento,

Dando saltos, de brincos en brincos,

Dando tumbos, dando vueltas,

Medio loco y aturdido, pero caray,

No es para menos, la quiero,

Y supongo que después de todo lo sucedido, ella también me quiere;

De no ser así, Dios le bendiga y suerte.

Con Dios siempre, a sus pies.


Por LEONARDO CABRERA DIAZ 

No hay comentarios.: