Ronald Hicks el nuevo arzobispo de Nueva York: La Iglesia lleve la paz y la sanación de Dios al mundo
CIUDAD DEL VATICANO (19 Diciembre 2025).- Monseñor Ronald Hicks, nombrado por León XIV, expresa su gratitud al Papa por haberlo elegido para un cargo que desea afrontar «con corazón de pastor», buscando formas de construir la unidad y la colaboración entre las personas y subrayando el compromiso contra los abusos, para la prevención y el apoyo a los sobrevivientes.
Ayudar a la Iglesia a llevar al mundo la luz de Dios,
su paz, su amor, superando las divisiones y promoviendo la unidad: estos son
los principales objetivos que se propone para su nueva misión monseñor Ronald
A. Hicks, nombrado hoy por el Papa nuevo arzobispo de Nueva York. En una
entrevista con los medios de comunicación vaticanos, el prelado ilustra sus
prioridades pastorales para la archidiócesis metropolitana de Nueva York.
Monseñor Hicks, el Papa León acaba de nombrarlo nuevo
arzobispo de Nueva York, donde sustituirá al cardenal Timothy Michael Dolan. Al
trasladarse desde la diócesis de Joliet, ¿cuáles cree que serán sus prioridades
pastorales como pastor de una de las diócesis más grandes de Estados Unidos?
En primer lugar, este nombramiento proviene del Papa
León. Siento una gran afinidad y mucho respeto por él. Estoy muy agradecido a
Dios porque él es nuestro Santo Padre. Y como me ha asignado a Nueva York, me
siento honrado, emocionado, obediente. No quiero hacer otra cosa que la
voluntad de Dios, y de cualquier manera que Dios me lleve a convertirme en
líder en Nueva York, quiero seguirlo y poner toda mi mente, mi corazón y mi
alma en ello. En cuanto a su pregunta, mi deseo es vivir esta misión con
corazón de pastor. Por usar una frase del Papa Francisco: tener «olor a oveja»
y estar con la gente. Me gusta la gente. Espero con ilusión conocerla y
tratarla. Y estoy deseando vivir simplemente nuestra fe, hacerla crecer y
compartir con todos el amor de Dios.
El Papa nombra a Ronald Hicks nuevo arzobispo de Nueva
YorkNacido en Chicago, hasta ahora obispo de la diócesis de Joliet en Illinois,
sucede al cardenal Timothy Dolan
Durante varios años, usted ayudó al cardenal Cupich a
dirigir la arquidiócesis de Chicago como vicario general y obispo auxiliar. En
su opinión, ¿qué aspectos de esa experiencia le prepararon para su nuevo
ministerio?
Tuve la bendición de trabajar durante seis años con el
cardenal Cupich en la arquidiócesis de Chicago antes de ser nombrado en Joliet,
donde he sido ordinario durante los últimos cinco años. Durante ese tiempo
trabajé con él y con muchas personas competentes. Así adquirí algunas
habilidades básicas relacionadas con la gobernanza, la administración y también
con cómo establecer prioridades y mantener la misión de la Iglesia en el
centro. Creo que probablemente esta sea una de las cosas más importantes que he
aprendido. Creo que a veces podemos distraernos. Lo que he visto y aprendido
trabajando en Chicago como vicario general es mantener la mirada fija en Dios,
en cuál es la voluntad de Dios y cuál es la misión de la Iglesia, así como en
cómo estamos llamados a vivirla e invitar a otras personas a hacerlo. Y a no
distraernos mientras intentamos hacerlo.
La archidiócesis de Nueva York anunció el pasado fin
de semana un fondo de 300 millones de dólares para indemnizar a los
sobrevivientes de abusos sexuales por parte de clérigos. ¿Qué aspectos de su
experiencia influirán en su atención a las personas que han sufrido abusos?
Siendo de Chicago, hace más de treinta años vi al
cardenal Joseph Louis Bernadin comenzar a establecer protocolos y
procedimientos para prevenir los abusos, proteger a los niños y ayudar a los
sobrevivientes. Creciendo en ese ambiente, comprendí que es algo que debemos
tomar muy en serio como Iglesia. Trabajando en Chicago y en Joliet, seguí dando
prioridad al respeto de nuestros procedimientos, nuestras políticas y nuestros
estatutos. Otra cosa que he aprendido, ya que estamos abordando el tema, es que
siempre hay que tomar las mejores decisiones sobre lo que ayudará a proteger a
los niños y a evitar los abusos. También sé que esto es algo que nunca
dejaremos atrás. Es un pecado en la Iglesia, y es tan grave que nunca podremos
fingir: «Bueno, lo hemos superado y ahora simplemente seguimos adelante». Lo
que esperamos que este fondo contribuya a hacer es ayudar a algunos
sobrevivientes a encontrar un poco de sanación. Y mientras lo hacemos, también
debemos centrarnos en el ministerio y la misión de la Iglesia. Por lo tanto,
debemos asegurarnos de hacer todo lo que decimos y lo que estamos obligados a
hacer para proteger a los niños y a nuestros sobrevivientes, y al mismo tiempo
centrarnos en lo que estamos llamados a hacer como Iglesia en este mundo y los
unos por los otros.
Usted creció en Chicago, en el mismo barrio que el
Papa León XIV. Como líder de una importante diócesis estadounidense, ¿cuáles
son sus esperanzas para la Iglesia en Estados Unidos?
Crecí en el barrio justo al lado del Papa León, a unas
14 cuadras de distancia. Y, al igual que el Papa León, busco una Iglesia que
lleve al mundo la luz de Dios, su paz, su sanación, su amor. También busco
formas de hacerlo, no de manera divisiva o que cree fracturas entre las
personas, sino buscando formas de unir y encontrando formas de cooperar unos
con otros. Y, ya que ha mencionado al Papa León, solo quiero decir públicamente
que deseo colaborar con él. Quiero respetar sus prioridades y trabajar con él
para ayudarle a realizarlas, para llevarlas a la luz. Estoy muy agradecido al
Papa León, y quiero decir que para mí ha sido una alegría y un honor servir
tanto en Chicago como en Joliet. Y estoy listo, con la ayuda de Dios, para dar
este próximo paso en Nueva York.
Por DEVIN
WATKINS/Vatican News


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