SAO PAULO (20 Diciembre 2019).- Por orden de Emilio
Odebrecht, la compañía que lleva su nombre acaba de despedir a Marcelo
Odebrecht, ex presidente de la compañía.
Aunque lejos de cualquier función ejecutiva desde
que fue arrestado en 2015, Marcelo permaneció en la nómina de la compañía. Ganó $115 mil.
En los últimos meses, desde su liberación, luego de
su galardonada acusación, ha establecido su misión principal de destruir a los
responsables de la caída de la compañía: su padre, su cuñado, Maurício Ferro y
algunos ejecutivos.
Desde el lunes, la guerra interna ha aumentado con
acusaciones mutuas de la prensa.
Emilio cambió el lunes al presidente, dejó a Luciano
Guidolin y se unió a Ruy Sampaio, uno de los ejecutivos en los que más confía,
y dio órdenes de que los ataques contra Marcelo se convirtieran en bombas
atómicas.
Además del salario, Marcelo perderá al conductor que
lo atiende y perderá el derecho de tener un abogado interno de la compañía que
se encargue de sus problemas.
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