El Parlamento griego evita la bancarrota con la aprobación del plan de ajuste

ATENAS.- Grecia no irá a la bancarrota. El Parlamento ha aprobado las nuevas medidas de austeridad, condición 'sine qua non' para que la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) entreguen al país heleno el quinto tramo de ayuda del primer plan de rescate (12.000 millones de euros) y abra las puertas a un segundo plan.

La respuesta de la calle al impopular plan no se ha dejado esperar. Mientras los diputados votaban, la policía helena lanzaba bombas lacrimógenas en las calles para contener a manifestantes, que tras la votación han atacado el Ministerio de Finanzas.

Tras un tenso debate de tres días, 155 parlamentarios de los 300 han apoyado el plan de ajuste. Otros 138 votaron en contra, cinco se abstuvieron y dos estuvieron ausentes.

Uno de los votos a favor provino de la diputada Elsa Papadimitríu, de la oposición conservadora de Nueva Democracia, que rompió la disciplina de partido y apoyó el plan, a diferencia de su formación. "Es la decisión y el reto más importantes de mi vida política. (...) Espero que el gobierno no me decepcione", advirtió.

La decisión de Papadimitríu compensó el voto negativo del diputado socialista Panagiotis Kurumplis, que ha sido expulsado del partido gobernante Pasok, por lo que la mayoría parlamentaria del Gobierno queda en 154 escaños.

Otro de los diputados socialistas rebeldes, Alexandros Athanasiadis -iba a votar en contra de las medidas de austeridad, pero finalmente dio su apoyo al plan- ha sido atacado al salir del parlamento por una veintena de manifestantes, que le arrojaron botellas e incluso una silla.

Continúan los disturbios

Y es que mientras los parlamentarios celebraban la crucial votación, la plaza Syntagma, donde se encuentra la cámara, continuaba cercada por miles de manifestantes que protestan por las medidas en el segundo día de huelga general en el país. El segundo día consecutivo de enfrentamientos en las inmediaciones del Parlamento ha dejado decenas de heridos y detenidos, y múltiples daños materiales.

"Policías, cerdos, asesinos", gritaban los indignados ante una hilera de antidisturbios mientras los gases lacrimógenos llenaban la plaza. Esta mañana, intentaron evitar la entrada de los diputados al Parlamento mediante cordones humanos.

Tras la votación, los enfrentamientos frente el Parlamento griego entre policía y manifestantes radicales han continuado durante horas. Cientos de radicales contra las fuerzas de seguridad; piedras contra gases lacrimógenos.

La tensa protesta ha vivido momentos de gran violencia cuando un grupo de manifestantes atacó el cercano Ministerio de Finanzas, al que intentaron prender fuego. El fuego en la oficina postal que se encuentra en la sede ministerial originó una columna de humo en la plaza del Parlamento.

Pese a los disturbios de los radicales, miles de manifestantes pacíficos han protestado en las inmediaciones del parlamento contra el plan de austeridad.

Impopular plan de ajuste

La votación de este miércoles ha dado luz verde al impopular programa de austeridad, que contempla un recorte de gastos, subida de impuestos y del IVA (que pasa del 13 al 23 % para bares y restaurantes) y privatizaciones por un importe total de 78.000 millones hasta 2015.

Poco antes de la crucial votación, el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, había instado a los diputados a escoger entre "el camino duro del cambio y la catástrofe".

"Ahora es el momento de poner en orden la casa (...) si el país cae en bancarrota los hospitales dejarán de operar, se cerrarán las escuelas y las pensiones y los salarios de los funcionarios dejarán de pagarse", dijo Papandreu ante los parlamentarios.

Por su parte, el líder de la opositora Nueva Democracia, Antonis Samarás, negó su apoyo al programa de ajuste al afirmar: "Ahora no se decide si el país se derrumba, sino si damos un paso más hacia el derrumbe".

El plan aprobado este miércoles es el primero de dos proyectos de ley de austeridad exigidos por los prestamistas internacionales. El segundo se votará este mismo jueves.

Pese a la aprobación de hoy, se mantiene el riesgo de que los diputados puedan rechazar el detalle de las medidas de austeridad en la votación de este jueves. Ahora, el Parlamento debe aprobar el proyecto de ley que acompañe a las medidas y que haga posible su inmediata aplicación, una medida que también debe ser aprobada para que la UE y el FMI desbloqueen el vital tramo de 12.000 millones.

Batalla campal

ATENAS.- El gran día ha llegado. En medio de la segunda jornada de huelga general y entre numerosas manifestaciones y movilizaciones ciudadanas el Parlamento griego comenzará hoy a votar las medias de austeridad que la Unión Europea y el Fondo Monetario imponen a Atenas a cambio de concederle un nuevo préstamo que evite la bancarrota del país.

A mediodía, la Plaza Syntagma, donde se encuentra el Parlamento griego, estaba abarrotada de manifestantes que intentaban entrar en el hemiciclo, en medio de fuertes cargas policiales. Los gases lacrimógenos hacen prácticamente imposible permanecer en la plaza sin mascarilla. Los petardos y el ruido del gentío son ensordecedores.

"Resistid, resistid", repite sin cesar la megafonía de la plaza. La policía no para de lanzar gases lacrimógenos y hay multitud de heridos que son atendidos en campamentos médicos improvisados.

Los manifestantes, que han llegado a la plaza a primeras horas de la mañana, habían establecido cordones humanos para intentar evitar la entrada de los diputados al Parlamento, pero la policía ha conseguido dispersarlos. Aún así, la avalancha de ciudadanos enfurecidos vuelve a derribar vallas, y a enfrentarse con todas sus fuerzas a la policía.

El debate ya está en marcha, y se espera que la votación se produzca sobre las 14.00 horas.
 

Y mientras los indignados griegos redoblan sus protestas contra el plan de rigor, la duda trascendental es saber si el Ejecutivo del primer ministro George Papandreu logrará sacar adelante el paquete de austeridad.

El Gobierno cuenta sobre el papel con 155 de los 300 escaños del Parlamento. Pero dos de sus diputados ya han anunciado que votarán en contra de las nuevas medidas de recorte y otros dos parece ser que se lo están pensando. Y dado que la oposición en bloque, con el partido de centro derecha Nueva Democracia a la cabeza, ya ha anunciado que votará en contra del paquete de austeridad, el Gobierno corre el riesgo de no alcanzar los 151 votos necesarios para que las medidas sean aprobadas.

Protestas y rabia de los griegos

Y aún en el caso de que lo logre, la otra gran incógnita es saber hasta dónde pueden llegar la rabia y las protestas de los griegos, la mayoría de los cuales rechaza furiosamente los recortes salariales y de gasto público, las subidas de impuestos y el plan masivo de privatizaciones que las medidas de austeridad implicarían.

 
Ayer, durante los duros enfrentamientos que durante varias horas enfrentaron a grupos de violentos con miembros de la policía resultaron heridas 24 personas, se registraron 22 detenidos, hubo numerosos daños materiales y el aire del centro de Atenas se hizo irrespirable a causa de los numerosos gases lacrimógenos lanzados por los agentes para dispersar a los manifestantes que les atacaban lanzándoles piedras.

Hoy en Grecia continúan sin funcionar los transportes públicos (a excepción del metro), en los hospitales un día más sólo se atienden las urgencias, las oficinas de correos vuelven a estar cerradas y todos los organismos públicos están clausurados. Hoy, de nuevo, habrá manifestaciones contra el plan de austeridad en Atenas y otras ciudades del país. Y Syntagma, la plaza junto al Parlamento en la que desde hace 36 días permanecen acampados un grupo de indignados, acogerá también hoy una gran concentración de protesta.

"Si se aprueban esas medidas de austeridad será el fin de la esperanza. Si pasan no habrá futuro. Son unas medidas que golpean aún más a la gente humilde y que no afectarán a los rico", se queja Niovi, una griega de 30 años en paro.

"Si aprueban el paquete de austeridad no nos rendiremos: seguiremos luchando y movilizándonos. No podemos tragar con unas medidas que nos condenan a la pobreza absoluta", destaca Vangelis Papadogianis, un técnico de telecomunicaciones de 46 años.



Fuente EL MUNDO.ES

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