NUEVA YORK.- El policía dominicano José Ramos de 42 años de edad, asignado al cuartel 40 de de El Bronx, aceptó soborno de un narcotraficante nativo de Guyana para pagar un viaje a la República Dominicana , el que consideraba muy costoso, según revelaron investigaciones del Departamento de Asuntos Internos.
Ramos, quien se enroló en la fuerza policial en 1993, está implicado en uno de los mayores escándalos de corrupción dentro del Departamento de Policía y en el que otros 16 agentes son acusados de arreglar multas de tránsito a cambio de dinero en efectivo, caros regalos, cenas en restaurantes de lujo y boletos para eventos deportivos, incluyendo juegos de los Yankees de Nueva York.
El informe de Asuntos Internos fechado el 23 de marzo y número 08-54737, explica que Ramos estaba bajo sospecha de haber usado un permiso no autorizado de estacionamiento que le entregó al narcotraficante de Guyana Lee King (Marco Mack) y quien aparentaba trabajar como “barbero” en una peluquería del vecindario Mott Haven en El Bronx.
La barbería era propiedad de Ramos. El narco usó el permiso de estacionamiento 2.007, mientras en la gaveta del carro, un Nissan Murano guardaba una pistola calibre .380 que utilizaba en el negocio de las drogas.
Los lazos del policía dominicano con el vendedor de drogas fue descubierto por la investigación de Asuntos Internos el 18 de agosto de este año cuando Ramos recibió una llamada de un amigo identificado como Steven Barbu, diciéndole que quería un ticket fijo para juegos deportivos.
La conversación fue grabada y los investigadores dieron seguimiento a otras llamadas recibidas por Ramos, la más reciente en octubre. Esas llamadas destaparon la caja de pandoras del escándalo de las multas arregladas.
El policía dominicano fue fotografiado y filmado en video cuando el 3 de ese mismo mes, se encontró con un hombre al que le había impuesto una multa de tráfico, luego de que el sujeto se involucrara en una pelea de pandillas.
“El hombre desconocido le dijo al oficial Ramos que quería verle para que se hiciera cargo del asunto y el policía le dijo que no había problemas”, añade el reporte de Asuntos Internos.
“El dinero es escaso y tengo que viajar a la República Dominicana en menos de una semana”, añade el policía en la conversación. El viaje lo hizo luego de participar en una fiesta a la que fue invitado por el desconocido y cuyo cubierto costó 7 dólares por persona.
Ramos fue instruido para que invitara a otras personas a la celebración. Le habló sobre el hijo del policía, diciéndole que trabajaba los sábados a partir de las 9:00 de la mañana para el desconocido, quien le pagaba 15 dólares por hora.
El tipo de trabajo no se detalla en el reporte de los investigadores. Ramos también resolvió problemas de multa a una mujer llamada “Angie” y a otro amigo barbero. El agente ha sido reasignado a diferentes trabajos administrativos en la uniformada luego de ser involucrado en el escándalo.
Actualmente labora en la Autoridad de Viviendas y será acusado por un Gran Jurado de varios cargos y vínculos con el narcotráfico. “No hice nada malo”, ha respondido el policía a los cuestionamientos, pero se niega a entrar en detalles de la investigación.
El narco de Guyana fue condenado por robo, posesión de drogas y manejar sin licencia. Barbu ha dicho que no sabe de lo que se habla y que nunca ha visto al policía dominicano.
Por MIGUEL CRUZ TEJADA
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