LONDRES.- Las fuerzas antidisturbios aprovecharon la calma matutina para entrar con todo el equipo en Dale Farm, el mayor campamento nómada de Europa, protegido con andamios, barricadas y alambres de espinos. Un largo centenar de residentes intentaron resistirse, encadenándose a los hierros y a sus pertenencias para evitar el desalojo.
Al menos dos personas han resultado heridas y tres detenidas en los primeros lances de la operación, que dejó una paisaje de desolación, fuego y ruinas humeantes entre los carromatos.
"¡Habéis traspasado la línea de sangre!", fue la advertencia anónima que recibió desde el interior del campamento la policía, que tuvo que emplear balas de goma y allanar el camino a las excavadoras para la demolición del campamento, en el que han llegado a vivir más de 400 personas, la mayoría gitanos de origen centroeuropeo.
"Hemos tenido que hacer frente a una resistencia violenta", ha declarado el portavoz de Policía del contado de Essex, Trevor Roe. "Los residentes han amenazado a las autoridades con barras de hierro", se lamantaba el diputado local John Barron, que siguió el asalto desde la retaguardia.
En medio de una gran confusión y de una creciente humareda, varios residentes lograron abrirse paso hasta la salida del campamento. "La policía ha empezado con la violencia", ha asegurado Nora Egan. Otra residente, Margaret Sheridan, ha afirmado haber sido golpeada varias veces "sin oponer resistencia" y ha acusado a las autoridades locales de haber puesto en peligro las vidas de decenas de niños y ancianos.
Tensiones con la población local
Tony Ball, al frente del Ayuntamiento de Balsindon (a uno 40 kilómetro al este de Londres), ha acusado directamente a los residentes de Dale Farm de "violencia premeditada", incluido el lanzamiento de ladrillos contra la policía y el incendio de varias caravanas.
El campamento de Dale Farm se creó en los años setenta, cuando el Ayuntamiento de Basildon dio permiso temporal para el establecimiento de un asentamiento para 40 familias. Las tensiones entre los nómadas y la población local de 170.000 habitantes fueron en aumento en los últimos años, hasta que en el 2005 el Comité de Planeamiento y Desarrollo local recomendó la "acción directa" para acabar con los asentamientos ilegales.
Los residentes de Dale Farm llevaron el asunto a los tribunales y lograron demorar el desalojo en varias ocasiones. Jan Jarab, en representación del alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU en Bruselas, visitó personalmente el campamento e intentó mediar sin éxito ante el Gobierno británico para encontrar una solución pacífica.
Por CARLOS FRESNEDA/El Mundo.es
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