YEMEN.- El presidente saliente de Yemen, Alí Abdalá Salé,
dijo ayer que viajará próximamente a Estados Unidos para “serenar el ambiente”
en su país, luego de que fuerzas comandadas por su hijo y su sobrino abrieran
fuego sobre una multitud estimada en 100,000 manifestantes y mataron por lo
menos a ocho.
En declaraciones a la prensa, Salé no aclaró cuándo
partiría. Funcionarios de su gobierno dijeron que preveían su salida poco
después de firmar un acuerdo en noviembre, por el cual entregaba el poder a su vicepresidente y prometía renunciar.
El
vicepresidente creó un gobierno de unidad nacional que planea elecciones en
febrero, pero la oposición acusa a Salé de ejercer influencia tras las
bambalinas a través de elementos leales a él que permanecen en el poder.
Más de 100,000 manifestantes que llegaron a la
capital de Yemen luego de una marcha de cuatro días desde otra ciudad, fueron
atacados por soldados de una fuerza élite leal Salé, que dispararon sus
fusiles, cañones de agua y gas lacrimógeno. Autoridades médicas dijeron que
murieron al menos ocho manifestantes.
Los manifestantes habían marchado desde Taiz, una
ciudad 270 kilómetros al sur que ha sido un importante centro de la oposición.
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