La preocupación por las prótesis mamarias de la
empresa francesa PIP se extiende por Latinoamérica, una zona donde se ha
vendido un gran número de este tipo de implantes. En concreto, más del 50% de
las exportaciones de prótesis mamarias de PIP fue durante varios años a estos
países.
A diferencia de Francia, donde se ha recomendado a
todas las mujeres que se retiren de forma preventiva sus prótesis, en Brasil,
Argentina, Chile y otros países latinoamericanos las autoridades han llamado a
la calma y han pedido a las usuarias que presenten problemas que contacten con
sus cirujanos o con las autoridades sanitarias.
Se calcula que unas 300.000 personas en el mundo
usan las prótesis mamarias fabricadas por la empresa francesa, que llegó a ser
la tercera más importante del mundo en ese sector, pero no hay cifras
oficiales. Además, ahora se ha descubierto que podrían haberse comercializado
con un nombre diferente en otros países, como ha ocurrido en Holanda.
Algunas fuentes han cifrado en unas 30.000 las
francesas, en 13.000 las argentinas, en 25.000 las brasileñas, en 350 las
chilenas y menos de 100 las panameñas que llevan en sus cuerpos esos productos.
Argentina estudia sufragar la intervención
Mauricio Dalessandro, un diputado de la provincia de
Buenos Aires, la más poblada de Argentina, trabaja ya en la redacción de un
proyecto de ley para que el sistema de salud provincial, tanto público como
privado, trate sin ningún coste para las mujeres con prótesis de la marca PIP
que, por temor a contraer enfermedades, decidan recurrir a una cirugía para su
extracción.
Hace unos días una clínica de Buenos Aires anunció
que se iba a hacer cargo del costo que implica la cirugía de extracción y los
honorarios profesionales, pero no del nuevo implante, lo que ya generó críticas
de las afectadas.
Argentina ocupa el lugar número 19 en la lista de
países con más procedimientos de cirugía estética cosmética realizados en el
mundo en 2010 por cirujanos plásticos certificados.
Así lo señala la Sociedad Internacional de Cirugía
Plástica Estética (ISAPS) en un informe dado a conocer en Bogotá la semana
pasada por la secretaria en jefe de la entidad, Lina Triana.
Estados Unidos está en el primer puesto de la lista,
seguido de Brasil, China, India y Japón. México (puesto 6), Colombia (10),
España (13), Venezuela (17) y Argentina (19) están entre los 20 países del
mundo donde más procedimientos estéticos, quirúrgicos y no quirúrgicos, se
realizaron en 2010, según la ISAPS.
En Brasil cerca de 25.000 mujeres usan los implantes
de PIP, según cálculos de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa),
que prohibió su comercialización en abril de 2010.
La semana pasada, la Anvisa recomendó a las
pacientes brasileñas que se realicen exámenes clínicos y solicitó a los
cirujanos que notifiquen todos los problemas médicos relacionados con los
implantes.
Por detrás de la liposucción
Las operaciones para aumentar el tamaño de los senos
son los segundos procedimientos quirúrgicos estéticos más requeridos en el
mundo, solo superados por las liposucciones, según la Sociedad de los cirujanos
plásticos.
En Venezuela, el director del Servicio Autónomo de
Contraloría Sanitaria (SACS) del Ministerio de Salud, Divis Antúnez, ha
indicado en una entrevista que hasta ahora no han recibido denuncias de
reacciones adversas a los productos de PIP.
El Ministerio de Salud venezolano ha anunciado que
estará atento para recibir denuncias al respecto, al tiempo que llamó a la
calma a las usuarias de los implantes.
Por su parte, el pasado sábado, las autoridades
sanitarias chilenas instaron a las mujeres con prótesis mamarias de la marca
PIP a consultar con los médicos que se las implantaron y a éstos a contactar a
sus pacientes.
En Chile, según Teresa de la Cerda, presidenta de la
Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, se importaron unas 1.100 prótesis
mamarias de la marca PIP y hay unas 350 mujeres que las utilizaron.
En Colombia, el Instituto Nacional de Vigilancia de
Medicamentos y Alimentos (Invima, gubernamental) ya canceló a comienzos de
octubre de 2010 el registro sanitario de las prótesis mamarias de Poly Implant
Prothese, lo que implicó la recogida y destrucción de 9.497 unidades de
prótesis que existían entonces en el mercado nacional.
El Invima explicó entonces que "la calidad del
gel de silicona no corresponde a los estándares actuales para los implantes
mamarios, dado que se comprobaron índices de ruptura por encima de los límites
aceptables para el producto".
A finales de la semana pasada, la Sociedad
Colombiana de Cirugía Estética (SCCE) recomendó a las usuarias de las prótesis
de PIP que entraran en contacto con el médico tratante para "verificar la
necesidad de la retirada del implante".
Lo mismo hizo el presidente de la Asociación
Panameña de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (Apeper), Raúl De León.
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