Dominicanos en Puerto Rico votaron a ritmo bachata

SAN JUAN, Puerto Rico.- El ritmo de la bachata se coló por las paredes de los tres colegios de votación instalados en el negocio Boricua Tax, en la avenida Santa Juanita, donde cientos de dominicanos residentes en Bayamón emitieron a el sufragio para escoger en la distancia un nuevo presidente para su país.

El centro de votación operó al lado de El Flamboyán Azul, un negocio en el que imperó ambiente de carnaval, donde eufóricos quisqueyanos defendían sus posturas políticas mientras bebían cervezas u otros tragos.

El proceso electoral allí contrastaba con el aspecto solemne de los 28 colegios establecidos en el coliseo Roberto Clemente, donde emitieron el voto la mayoría de los quisqueyanos en Puerto Rico.

“Yo soy negro, pero soy blanco”, sentenció Pedro Martínez, a orillas de la avenida Santa Juanita, al revelar el color de su colectividad política de preferencia, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la principal formación de oposición en su país.

Sosteniendo una botella de cerveza Presidente en su mano, Martínez dijo a El Nuevo Día que en su primer voto apoyó a Hipólito Mejía para la presidencia por entender que el actual gobierno, encabezado por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), “se olvidó de los pobres”.

“Necesitamos un gobierno que ayude a los agricultores y Papá lo va a hacer”, subrayó al referirse al apodo popular de Mejía y criticar al saliente presidente, Leonel Fernández, pues, según recalcó, “solo ha puesto cemento en Santo Domingo”, pero descuidó obras y servicios en los campos, donde hay grandes necesidades y deficiencias.

A poca distancia de los perredeístas Martínez, Julio Jiménez y Pedro Taveras, Nancy Ovalle opinó distinto. “Los del PLD están desesperados y nosotros estamos en calma, tranquilos, esperando la voluntad del pueblo”, dijo.

Ovalle y otros defensores del candidato a presidente, Danilo Medina, se mostraron seguros de que los pronósticos de las encuestas se materializarían en pocas horas y su líder sucedería a Fernández en la presidencia de la República Dominicana.

En Santa Juanita, todo estuvo en calma hasta el atardecer, pero Ovalle admitió que en un momento hubo ánimos exaltados, aunque la situación no degeneró en violencia.

A solo minutos de culminar el proceso de votaciones, al frente del triple colegio bayamonés, Gleny Rodríguez, natural de Nagua, encendió la bulla en otro quiosco de venta de frituras y cervezas, al criticar a un paisano cuando alegó que llegó el tiempo de “sacar a los comesolos”. Entonces se encendió un debate a altos decibelios y fueron inaudibles los argumentos encontrados.

En la misma cuadra, la dominicana Julia Herrera caminó del centro de votación a la Iglesia Cristiana Hebreos 12:14, donde el culto incluiría oraciones por la paz en República Dominicana.

“Vamos a orar para que Dios tome el control de las emociones”, dijo Herrera, quien destacó la alta participación electoral desde temprano.

Al anochecer, en el coliseo Roberto Clemente los candidatos a diputados de ultramar Levy Suriel (PLD) y Adelys Olivares (PRD) lucían confiados en poder representar, a partir de agosto, a los exiliados de la Circunscripción 2, que incluye Puerto Rico, Miami, Panamá, Venezuela, Curazao, Aruba e Islas Vírgenes. El consenso general fue que el voto por estos diputados, la novedad de los comicios, atrajo a más votantes.

Según los propios aspirantes presentes a las afueras del principal centro de votación en Puerto Rico, los ganadores oficiales de la contienda por los siete escaños de diputados de ultramar no se conocerían temprano anoche.

Sin embargo, Suriel expresó a El Nuevo Día gran optimismo de ocupar pronto una banca en el Congreso Nacional. “Me siento optimista porque nos hemos ganado el aprecio y la confianza del dominicano en esta zona y puedo asegurar que vamos a representar con gallardía, pero con dignidad al dominicano que reside en la Circunscripción 2”, afirmó Suriel.

El líder del PLD en San Juan, por otro lado, destacó la importancia de la diáspora dominicana y la decisión de crear los escaños de los diputados de ultramar, al puntualizar que la comunidad en el exterior, centrada principalmente en Estados Unidos y Europa, “aporta en remesas más de US$3,500 millones al año”.

Explicó que los exiliados son “columna vital para la economía y estabilidad” de su país, por lo que es medular que se les concedan nuevos espacios en el parlamento para “canalizar problemas y expectativas” de esos constituyentes.

La candidata a diputada del PRD, Adelys Olivares, por su parte, dijo a El Nuevo Día que esperaba encaminar una representación digna para luchar por “mayor respeto para la comunidad dominicana” en el exilio y mejorar “el concepto del consulado para ampliar los servicios para nuestra gente”.

Olivares anticipó como plan importante de una gestión legislativa crear un seguro de repatriación por muerte, aliviar costos de pasajes aéreos y fomentar una mayor alfabetización.


Por GERARDO CORDERO/El Nuevo Día            

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