MILAN.- El papa Benedicto XVI
ofició el domingo una misa al aire libre ante un millón de personas, coronando
tres días de actividades en Milán en respaldo de la vida familiar.
En la homilía del domingo, el
Papa dijo que la obsesión con ganar dinero mina la familia, al crear una
sociedad injusta en la que la gente se centra principalmente en su egoísmo.
Dicha mentalidad, agregó,
"crea una competencia feroz, profundas desigualdades y degradación del
medio ambiente", además de reducir las relaciones familiares "a
frágiles convergencias de intereses individuales".
Para fortalecer esa
institución, el Papa recordó la noche anterior su infancia en Alemania en una
casa llena de música, grandes almuerzos el domingo y la lectura de la liturgia
para fortalecer la vida familiar.
"Es verdad", dijo
el Papa en respuesta a una pregunta sobre su juventud que le planteó una
adolescente vietnamita en un encuentro del sábado por la noche con las familias,
"si intento imaginar un poco cómo será el cielo, me parece que será como
en mi juventud, en mi niñez".
Benedicto XVI recordó lo
mucho que se cantaba en su casa de Baviera, cerca de Salzburgo, y los
prolongados paseos por el bosque.
"En una palabra, éramos
un solo corazón y un alma, con muchas experiencias compartidas, incluso en
momentos difíciles", dijo el pontífice.
Familias procedentes de
Grecia, Madagascar y Brasil compartieron sus desafíos personales conjugados con
el trabajo y la vida familiar, y pidieron el asesoramiento del pontífice.
El Papa recordó además a las
víctimas del terremoto del 24 de mayo en Emilia-Romagna, donde murieron 24
personas en dos temblores ocurridos el mes pasado con más de una semana de
diferencia.
El Papa prometió el domingo
500.000 euros (616.000 dólares) a las familias necesitadas a causa del sismo,
que serán distribuidos por los obispos en cinco diócesis afectadas.
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