MOSCU.- La Justicia las encontró culpables de "incitar
al odio", en un juicio de alta repercusión política. El trío punk había
cantado en contra del presidente Putin dentro de una catedral
Resta ahora saber cuál será la condena de las
integrantes de grupo punk, juzgadas por haber cantado, en febrero pasado, en
contra del mandatario Vladimir Putin en el altar de la catedral ortodoxa del
Cristo Redentor (Ver video relacionado). Según las leyes rusas, podrían ir a la
cárcel entre 3 y 7 años.
Antes de conocer la sentencia, uno de los abogados
de la banda, Nikolái Pólozov, había asegurado que recurrirían a todas las
instancias rusas e internacionales posibles. "Desde un comienzo hemos
sostenido que nuestras defendidas no cometieron ningún delito penal”, había
indicado.
Mientras las Pussy Riot aguardaban en los Tribunales
de Moscú la sentencia, puertas afuera, miles de personas desafiaban al Gobierno
y se manifestaban a favor de su liberación.
El apoyo excedió a la capital rusa. En distintas
partes del mundo, también hubo movilizaciones para respaldar a Nadezhda
Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina, quienes permanecen en
prisión preventiva desde marzo por “vandalismo motivado por odio religioso”.
En Kiev, la capital de Ucrania, un centenar de personas
lucieron pancartas apoyando a las artistas. “Liberen a las Pussy Riot”,
reclamaban. La misma consigna se leyó en ciudades de todo el globo: París,
Nueva York, Berlín, Helsinki, Londres y Sidney. Incluso hubo marchas
Latinoamérica, como en San Pablo, Brasil.
La comunidad internacional se solidarizó con la
banda punk. Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos
aseguran que las chicas son “presas políticas” y exigen su inmediata
liberación.
Distintas figuras de la escena musical hicieron
público su espaldarazo, entre ellos, Paul McCartney y los miembros de los Red
Hot Chili Peppers. Sin embargo, el apoyo más resonante fue el de Madonna en los
dos conciertos que brindó en Moscú y en San Petersburgo.
“Pocas esperanzas”
La defensa de las Pussy Riot ya había manifestado
sus dudas de que las tres integrantes pudieran ser absueltas, acusando de que
se las persigue “por motivos políticos”. "En vista de todas las
circunstancias, prácticamente no hay ninguna esperanza", había declarado
Nikolái Pólozov a la radio local Svoboda.
Las Pussy Riot se dieron a conocer en toda Rusia el
21 de febrero pasado cuando cinco de sus integrantes irrumpieron encapuchadas
en una zona restringida del altar de la catedral de Cristo Redentor en Moscú,
el principal templo ortodoxo del país.
Una vez allí, las mujeres se desprendieron de varias
de sus prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar
en ropa interior. "María, madre de Dios, echa a Putin", decía la
canción, en la que se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril,
de creer en el Presidente de Rusia y no en Dios.
Tres de las integrantes del grupo fueron detenidas
días después: las otras dos participantes en la acción no pudieron ser
identificadas. Una de las acusadas, Samutsévich, ha declarado que si en la
catedral hubieran cantado "Madre de Dios, protege a Putin" en vez de
"Madre de Dios, echa a Putin" no habrían sido enjuiciadas.
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