
Un fuerte sismo que sacudió a Guatemala el miércoles
dejó al menos 48 muertos y varios heridos principalmente por el derrumbe de
viviendas en el norte del país, que fue declarado en estado de emergencia tras
el peor terremoto en más de 35 años.
El epicentro del sismo de magnitud 7.4 fue en el
mar, a 24 kilómetros al suroeste del pueblo portuario de Champerico, según
informó el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS por su sigla en
inglés).
"Es una tristeza saludar aquí a las personas que
están esperando encontrar a sus familiares que quedaron soterrados. Es
verdaderamente una tragedia y una tristeza", afirmó el presidente Otto
Pérez Molina, al visitar el departamento de San Marcos, el más golpeado por el
sismo y fronterizo con México.
El Mandatario declaró horas antes alerta roja en
todo el territorio de Guatemala -que implica desde la suspensión de actividades
públicas hasta la focalización de todos los esfuerzos estatales en la atención
y rescate de las víctimas-.
Ya de vuelta en la capital, Pérez dijo que la cifra
de muertos se elevó a 48 y que se reporta a 23 personas desaparecidas, luego de
que durante la jornada se hablara de unas 100. "Es lamentable para nosotros
la perdida de vida", comentó.
El coordinador de los bomberos municipales, Cecilio
Chacaj, señaló que las muertes se debieron sobre todo al derrumbe de casas en
distintos pueblos de San Marcos y Quetzaltenango.
En el poblado de San Cristóbal Cucho, en el
departamento de San Marcos, diez integrantes de una familia murieron bajo los
escombros, según informó a la radio local el bombero voluntario Ovidio Fuentes.
También hubo heridos a consecuencia de deslaves sobre
carreteras y caminos rodeados de montañas.
El terremoto del miércoles fue el peor en Guatemala
desde 1976, cuando un movimiento de magnitud 7.5 causó la muerte a cerca de
20.000 personas.
En la capital, dependencias del Gobierno y casas fueron
desalojadas. "Fue grandísimo. Me sentí bien mareada", indicó Vanessa
Castillo, una secretaria de 38 años que había sido evacuada del edificio de 10
pisos donde trabaja, junto con otras personas.
El fuerte sismo se sintió también en el vecino El Salvador
y hasta en la populosa capital de México, donde hubo evacuaciones de edificios
pero no se registraron daños.
En El Salvador, muchos pobladores dejaron sus
viviendas y lugares de trabajo y salieron a las calles, pero no se reportaron
daños graves ni víctimas.
En la Ciudad de México algunos edificios fueron
evacuados temporalmente, pero no hubo reportes de daños. Los servicios como el
metro y la energía eléctrica funcionaban con normalidad.
"Se sintió intenso en buena parte de la ciudad
(...) Sistemas estratégicos funcionando", dijo el alcalde capitalino,
Marcelo Ebrard, en su cuenta de Twitter.
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