SAN JUAN, Puerto Rico.- Poco antes del mediodía, las primeras alertas hablaban de un tiroteo en una escuela en Connecticut. En pocos minutos, a medida que se daban a conocer más detalles, se confirmó el horror: un pistolero había baleado a decenas de niños, en lo que pasará a la historia como la segunda masacre más mortífera en un centro escolar estadounidense.
Una de las víctimas fatales fue la niña puertorriqueña Ana Grace Márquez. Su familia confirmó anoche la triste noticia, a través de su tío abuelo, el alcalde de Maunabo, Jorge Márquez.
“Lamentablemente, es cierto (la muerte de la niña). Los papás nos avisaron. Ya no hay marcha atrás”, dijo anoche el alcalde, en una breve conversación telefónica que sostuvo con El Nuevo Día, hablando con voz entrecortada.
“Era una niñita... apenas cumplía siete añitos ahora”, dijo Márquez. “Estamos aquí con su abuela. Ella está bien afectada. Nunca esperábamos una noticia como esta”.
El saldo de la balacera fue de 26 personas asesinadas. Veinte de las víctimas mortales son niños y niñas entre los 5 y 10 años de edad. 18 niños murieron en la escuela. Otros dos fallecieron en el hospital. Los seis adultos murieron también en la escuela.
El autor de la matanza, un joven de 20 años identificado como Adam Lanza, fue encontrado muerto en uno de los salones de la escuela, luego de que se suicidara. Horas antes de protagonizar la balacera, mató a su padre en su casa, por lo que el saldo mortal asociado a la masacre se elevó a 28.
En la tarde, el presidente estadounidense Barack Obama habló conmovido a la nación.
“Hemos sufrido demasiadas tragedias como esta recientemente. Y cada vez que veo algo así en las noticias, reacciono, no como el presidente, sino como lo haría cualquiera, como un padre”, dijo el presidente haciendo un esfuerzo por controlar sus emociones.
“La mayoría de los que murieron hoy fueron niños, hermosos pequeños entre los 5 y 10 años”, añadió el presidente, haciendo una larga pausa y secando sus lágrimas. “Tenían una vida por delante: cumpleaños, graduaciones, bodas, sus propios hijos”.
“Nuestros corazones están hoy destrozados, por los padres, los abuelos, las hermanas y hermanos de esos pequeños, y por las familias de los adultos que murieron. Nuestros corazones también están destrozados por los padres de los niños que sobrevivieron también, porque por más bendecidos que se sientan de contar son sus hijos es su casa esta noche, saben que la inocencia de sus niños les ha sido arrebatada demasiado temprano, y no hay palabras que puedan aliviar su dolor”, añadió el presidente Obama.
El presidente prometió asistencia a las familias afectadas para que pudieran enfrentar la pérdida.
De acuerdo con relatos recopilados por AP, tras conocerse de la balacera, los padres llegaron en estado de pánico a la escuela elemental de Sandy Hook en busca de sus hijos.
Al momento de ser evacuados del lugar, la policía les pidió a los alumnos que cerraran los ojos cuando salieran del edificio.
Una fotografía tomada por el diario The Newtown Bee mostraba a varios niños y niñas, algunos de los cuales lloraban aterrorizados, mientras algunos adultos los escoltaban hacia el estacionamiento, formados en fila y con una mano colocada sobre el hombro del compañero que iba adelante.
Según los relatos, los profesores se encerraron en las aulas con sus alumnos y les ordenaron ponerse de cuclillas en las esquinas y ocultarse en clósets cuando los disparos retumbaron en el edificio.
Stephen Delgiadice declaró a la AP que su hija de ocho años, que se encuentra bien, estaba en la escuela y escuchó dos estallidos fuertes. Sus profesores le ordenaron arrinconarse.
“Es algo alarmante, especialmente en Newtown, Connecticut, que siempre se creía que era el lugar más seguro de los Estados Unidos”, dijo.
No hay comentarios.: