Latinoamérica echa a la basura cada año 100 millones de toneladas de alimentos
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GINEBRA.- Un tercio de la producción de alimentos en
el mundo -equivalente a 1.300 millones de toneladas que podrían alimentar a más
de 870 millones de personas hambrientas- termina en la basura cada año y, de
éstas, 100 millones de toneladas corresponden a desechos de comida en
Latinoamérica.
Esta cifra indica que entre el 10 y el 15 por ciento
de los alimentos que se producen en la región jamás llega al estómago de una
persona, dijo hoy a Efe el experto de la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Robert Van Otterdijk.
"Uno de los principales problemas en
Latinoamérica son las exigencias europeas. Por ejemplo, en esta región se
despilfarran cantidades enormes de plátanos que no cumplen los requisitos de
aspecto físico -mismo color, tamaño o forma bonita- impuestos por el mercado
europeo", explicó por su parte el representante de la organización civil
"Feeding the 5.000" Tristam Stuart.
La solución a ese problema concreto estaría en que
el mercado europeo aceptara estas piezas, "que no tienen ningún defecto a
nivel nutricional, sostuvo.
Sin embargo, Latinoamérica no está entre las zonas
del mundo que más alimentos tiran a la basura.
Las que representan el mayor problema son las
regiones con niveles más elevados de industrialización, como Europa o Norteamérica.
"En estas zonas un 40 por ciento de lo que se
produce, que equivale a la producción total de África, se desecha", según
reveló en rueda de prensa la directora de la División de Infraestructura Rural
y Agroindustrias de la FAO, Eugenia Serova.
En cuanto a la cantidad de alimentos que se
desperdician directamente por los consumidores también destacan Europa y
Norteamérica, donde cada persona tira una media de entre 95 y 115 kilogramos de
comida cada año, mientras que en África Subsahariana y el sudeste de Asia el
promedio es de 6 a 11 kilos.
Según la FAO, el 95 por ciento de los productos
desechados en los países en desarrollo no lo es de forma intencionada, sino
como consecuencia de deficiencias financieras, limitaciones técnicas o de
infraestructuras en la fase inicial de la cadena de distribución.
Sin embargo, en las economías más desarrolladas las
mayores pérdidas se producen en la fase final de la cadena -minoristas y
consumidores- por malas prácticas, estándares de calidad establecidos o importancia
extrema de la apariencia de los alimentos.
Estos son algunos de los datos presentados hoy por
la ONU durante el lanzamiento de la campaña "Pensar, comer, ahorrar",
que pretende reducir la pérdida y el desperdicio de comida en el proceso que va
desde la producción hasta el consumo.
"En un mundo de 7.000 millones de personas, que
espera crecer hasta los 9.000 millones, desperdiciar comida no tiene ningún
sentido a nivel económico, ético y medioambiental", comentó el director
del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Achim
Steiner.
En este sentido, el comisario europeo de Medio
Ambiente, Janez Potöcnik, subrayó que reducir el desperdicio de comida podría
llevar a un uso más eficiente de la tierra y una mejor gestión del agua.
"Pensar, comer, ahorrar" propone un portal
web que recoge muchas de las iniciativas que están en marcha en distintos
lugares del mundo para evitar el desperdicio de alimentos.
A los consumidores se les incita a hacer listas
antes de realizar la compra, congelar alimentos, adquirir frutas y verduras
independientemente de su aspecto o entender que "consumir preferentemente
antes de..." no implica que el producto debe tirarse después de la fecha
indicada.
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