PLAYITAS DE CAJOBABO, Guantánamo.- Al semidesierto,
en la costa sur de la provincia de Guantánamo, vamos tras las huellas de Martí.
«Arriba por piedras, espinas y cenagal», escribió en su diario, y como él
escalamos peñascos de hasta 60 metros de altura, rozamos cactus y pisamos la arena
oscura de Playitas de Cajobabo.
Por allí desembarcó el Apóstol para reiniciar la
guerra por la independencia de la Isla, el 11 de abril de 1895. Lo acompañaban
el Generalísimo Máximo Gómez, los generales Francisco Borrero y Ángel Guerra,
el coronel Marcos del Rosario y el capitán César Salas.
A menos de dos kilómetros de esa zona está la morada
de Salustiano Leyva, el niño de 11 años en cuyo hogar se recibió al Apóstol en
la madrugada del desembarco. Allá vamos.
Hoy esa casa es el Museo Municipal 11 de Abril,
donde seis de sus bisnietos trabajan. Nilvian Delgado Hernández, la directora,
es una de ellos, quien explicó que esta no es la vivienda original en la que
vivieron los Leyva, aunque sí fue la que le construyó a Salustiano, la
Revolución.
Él la habitó hasta su muerte, con 97 años de edad,
el 8 de junio de 1981, y dos años después abrió sus puertas al público nacional
y extranjero. En 2012, por ejemplo, recibió a 2 900 visitantes.
Por YISEELL RODRIGUEZ MILAN/Juventud Rebelde
No hay comentarios.: