SANTO DOMINGO.- El líder de la Revolución cubana al
comparecer por ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, en donde es
diputado electo, proclamó que jamás
pensó que su existencia se prolongara tanto.
Afirmó que los revolucionarios cubanos “no luchamos
por gloria ni honores; luchamos por ideas que consideramos justas”.
En su más breve intervención pública también
aprovechó el escenario para pedir al presidente Barack Obama y al primer
ministro de Inglaterra buscra la respuesta del porqué la población mundial se
ha duplicado.
Alternativasnoticiosas.com
deja a sus lectores la intervención de Fidel por ante la Asamblea Nacional del
Poder Popular.
Queridos compañeros:
Agradezco profundamente el noble gesto del pueblo al
elegirme como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
No será mucho el tiempo que ocupe en la intervención
de hoy, ni tampoco el espacio de este honroso escaño como diputado, y no por
falta de voluntad, sino por imperativo de la naturaleza.
Jamás pensé que mi existencia se prolongara tanto, y
que el enemigo fuera suficientemente torpe en su odioso oficio de eliminar
adversarios decididos a luchar.
En esa desigual lucha, nuestro pueblo demostró su
asombrosa capacidad de resistir y de vencer. ¡Sí, porque cada año de
resistencia entre 1959 y 2013 fue una victoria que nuestro pequeño país tiene
derecho a proclamar!
No luchamos por gloria ni honores; luchamos por
ideas que consideramos justas, a las que, como herederos de una larga lista de
ejemplos, millones de cubanos han consagrado su juventud y su vida. Una cifra
lo expresa todo: a ochocientas mil personas se eleva el número de los cubanos
que han cumplido abnegadas misiones internacionalistas. Si al triunfo de la
Revolución en el año 1959 no llegábamos a 7 millones de habitantes, se puede
medir el significado de tales esfuerzos.
Esto sin embargo no lo expresa todo. En octubre de
1962, la nación estuvo a punto de convertirse en campo de batalla nuclear. Un
año y medio antes, en abril de 1961, una expedición mercenaria entrenada,
armada y escoltada por la Marina de Estados Unidos, desembarcó en Bahía de
Cochinos y estuvo a punto de provocar una sangrienta guerra que habría costado
a los invasores norteamericanos cientos de miles de vidas —lo afirmo sin
exageración— y a nuestro país, destrucción y pérdidas humanas realmente
incalculables. Poseíamos entonces alrededor de cuatrocientas mil armas y
sabíamos cómo usarlas. En menos de 72 horas el fulminante contraataque
revolucionario evitó aquella tragedia, tanto a Cuba, como al pueblo de Estados
Unidos.
Fuimos víctimas de la "guerra sucia"
durante mucho tiempo, y 25 años después de la Crisis de Octubre, tropas
internacionalistas defendían Angola de los invasores racistas sudafricanos,
provistos ya en esa época de varias armas nucleares con tecnología y partes
esenciales suministradas por Israel con la aprobación de Estados Unidos. En
aquella ocasión la victoria de Cuito Cuanavale, y el posterior avance resuelto
y audaz de las fuerzas cubanas y angolanas, equipadas con los medios aéreos,
antiaéreos y la organización adecuada para liberar territorios todavía ocupados
por los invasores, disuadieron a Sudáfrica, de que no le quedaba otra
alternativa que abandonar sus ambiciones nucleares y sentarse en la mesa de
negociaciones: El odioso sistema racista dejó de existir.
Entre todos hemos llevado a cabo la modesta proeza
de una Revolución profunda que, partiendo de cero, nuestro pueblo fue capaz de
realizar. A los primeros núcleos revolucionarios se fueron sumando otros. Nos
unía el deseo de luchar y el dolor por la tragedia del país ante el golpe
brutal. Mientras unos tenían esperanzas en un futuro al que veían todavía muy
lejano, otros meditábamos ya en la necesidad de dar un salto en la historia.
Entre el golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952 y
el 1º de Enero de 1959 transcurrieron solo 6 años y 296 días; por primera vez,
en nuestra Patria, el poder había quedado totalmente en manos del pueblo.
La batalla comenzó entonces contra la ignorancia
política y los principios antisocialistas que el imperio y la burguesía habían
sembrado en nuestro país. La lucha de clases desatada a pocas millas de la sede
del imperio fue la escuela política más eficiente que ha tenido nunca un país;
hablo de una escuela que abrió sus puertas hace más de 50 años. Hombres y
mujeres, desde los pioneros hasta las personas que posean muchos más años,
hemos sido alumnos de esa escuela.
Sin embargo la gran batalla que, de acuerdo a lo que
me contaba Raúl hace unos días, se impone, es la necesidad de una lucha
enérgica y sin tregua contra los malos hábitos y los errores que en las más
diversas esferas cometen diariamente muchos ciudadanos, incluso militantes.
La humanidad ha entrado en una etapa única de su
historia. Los últimos decenios no guardan relación alguna con los miles de
siglos que la precedieron.
En el año 2011 la población mundial arribó a 7 mil
millones de habitantes, lo que constituye una cifra alarmante. En sólo dos
siglos la población del mundo se multiplicó por siete, alcanzando un ritmo de
necesidades alimentarias vitales que la ciencia, la tecnología y los recursos
naturales del planeta están muy lejos de lograr.
Pueden hacerse decenas de cálculos, hablar de Malthus
o del Arca de Noé, basta saber lo que es un gramo y lo que produce una hectárea
de cualquier alimento y sacar sus conclusiones.
Tal vez el Primer Ministro inglés o el presidente
Obama sepan la respuesta que prolongue unos días más la vida humana, la
multiplicación de los panes y los peces, y las palabras mágicas para persuadir
a los africanos, los habitantes de la India, América Latina y todos los países
del Tercer Mundo, de que no tengan hijos.
Hace dos días una agencia internacional recordaba que
un multimillonario estadounidense, Dennis Tito, había gastado 20 millones de
dólares para pagar su viaje a la Estación Espacial Internacional, donde
permaneció varios días en el año 2001.
Ahora Tito, que parece ser de verdad un fanático de
la exploración espacial, estaba discutiendo los detalles para incursionar al
planeta Marte. El viaje durará 501 días. ¡Eso sí es disfrutar la plusvalía!
Mientras los polos se derriten velozmente, el nivel de los mares sube por el
cambio climático, inundando grandes áreas en unas pocas decenas de años, todo
lo cual supone que no habrá guerras y las sofisticadas armas que se están
produciendo a ritmo acelerado no se usarán nunca. ¿Quién los entiende?
Concluyo para cumplir mi promesa de ser breve en
estas palabras de saludo a nuestra Asamblea Nacional.
En el 118 Aniversario del Grito de Baire y el 160
del nacimiento de nuestro Héroe Nacional, me complace rendir tributo al
revolucionario, antiimperialista y bolivariano que sembró en nuestros jóvenes
las primeras semillas del deber.
¡Muchas gracias!
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