La soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado
Categorias:
internacionales
LA HABANA. El presidente cubano Raúl Castro afirmó
que la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado.
Hizo la revelación al comparecer por ante la
Asamblea Nacional del Poder Popular iniciada el domingo.
Alternativasnoticiosas.com
deja a sus lectores las palabras de Raúl Castro.
En una fecha como hoy, el 24 de febrero de 1895, se
reinició la lucha por la independencia con la fusión de los fogueados mambises
de la primera guerra y los pinos nuevos, bajo el liderazgo del Partido
Revolucionario Cubano y de Martí.
Me corresponde asumir nuevamente ante ustedes y todo
nuestro pueblo el honor de presidir el Consejo de Estado y el Gobierno.
En este sentido, creo que no es ocioso reiterar lo
afirmado dos veces en este Parlamento, cito: «A mí no me eligieron Presidente
para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la Revolución. Fui
elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no
para destruirlo».
En concordancia con los acuerdos del 6to Congreso,
será preciso armonizar los postulados de la Constitución de la República con
los cambios asociados a la paulatina implementación de los Lineamientos de la
Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Entre las modificaciones que nos proponemos
introducir a la Constitución se encuentra la de limitar a un máximo de dos
períodos consecutivos de cinco años el desempeño de los principales cargos del
Estado y del Gobierno y establecer edades máximas para ocupar esas
responsabilidades.
Al propio tiempo, no resulta saludable estar
reformulando continuamente la Carta Magna de la Nación y comoquiera que
efectuar una reforma constitucional nos tomará necesariamente un tiempo
prudencial, ya que si bien algunas cuestiones pueden modificarse por el propio
Parlamento, otras más importantes requieren además la ratificación por el voto
favorable de la mayoría de los ciudadanos en referendo; deseo esclarecer que en
mi caso, con independencia de la fecha en que se perfeccione la Constitución,
este será el último mandato.
En esta sesión la Asamblea Nacional eligió al compañero
Miguel Díaz Canel Bermúdez Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y
posteriormente aprobó su designación como Primer Vicepresidente del Consejo de
Ministros.
Consideramos que en las circunstancias que vive el
país y se ha visto obligado a desenvolverse durante más de medio siglo de
Revolución, debe garantizarse en la cúspide del poder estatal y gubernamental
la unidad ejecutiva frente a cualquier contingencia por la pérdida del máximo
dirigente, de manera que se preserve, sin interrupciones de ningún tipo, la
continuidad y estabilidad de la nación.
Esta decisión reviste particular trascendencia
histórica porque representa un paso definitorio en la configuración de la
dirección futura del país, mediante la transferencia paulatina y ordenada a las
nuevas generaciones de los principales cargos, proceso que debemos concretar en
un quinquenio y actuar en lo adelante de manera intencionada y previsora, a fin
de evitar que se nos repita la situación de no contar oportunamente con
suficientes reservas de cuadros preparados para ocupar los puestos superiores
del país y asegurar que el relevo de los dirigentes constituya un proceso
natural y sistemático.
El compañero Díaz Canel no es un advenedizo ni un
improvisado. Su trayectoria laboral acumula casi 30 años, comenzando en la
base, en la profesión que estudió, y tras haber cumplido el Servicio Militar en
unidades coheteriles antiaéreas de las FAR, impartió docencia en la Facultad de
Ingeniería Eléctrica de la Universidad Central de Las Villas, donde se le propuso
como cuadro profesional de la Unión de Jóvenes Comunistas y más adelante,
considerando los resultados alcanzados, fue promovido al Partido, ascendiendo
gradualmente a mayores responsabilidades, entre ellas, Primer Secretario del
Comité Provincial en Villa Clara, por espacio de casi una década y después en
Holguín durante seis años.
Es miembro del Comité Central del Partido desde 1991
y del Buró Político en el 2003. Cumplió misión internacionalista en Nicaragua.
Es graduado del Colegio de Defensa Nacional.
En el año 2009 pasó a desempeñar funciones
gubernamentales, primero como Ministro de Educación Superior y a partir del
2012, Vicepresidente del Consejo de Ministros a cargo de la atención de
diferentes organismos vinculados a la educación, la ciencia, el deporte y la
cultura. Por otra parte, participa semanalmente en la Comisión Económico
Financiera del Gobierno y en la Comisión del Buró Político para el control de
la implementación de los acuerdos del 6to Congreso.
Mención aparte merece la conducta de los compañeros
Machado Ventura y Colomé Ibarra, quienes tuvieron la iniciativa de ofrecer sus
cargos en el Consejo de Estado en favor de la promoción de la nueva generación.
En el caso de Machado Ventura, con excepcionales
cualidades como dirigente y ser humano, modestia y consagración al trabajo,
destacada trayectoria revolucionaria por cerca de 60 años, combatiente de la
Sierra Maestra y fundador del Segundo Frente Oriental «Frank País», donde creó
y desarrolló 20 hospitales de campaña y 11 dispensarios distribuidos en zonas
montañosas en toda la provincia de Guantánamo y en parte de las de Santiago de
Cuba y Holguín que abarcaba este frente guerrillero. Participó en múltiples
acciones combativas, siendo herido en una de ellas; partiendo también del
prestigio, preparación, experiencia y la vitalidad que conserva, así como su
capacidad real de continuar aportando en la dirección de decisivas actividades,
la Asamblea Nacional lo eligió para ocupar una de las vicepresidencias del
Consejo de Estado.
Asimismo, se mantiene como miembro del Consejo de
Estado el compañero Abelardo Colomé Ibarra, quien desde muy joven se sumó a la
lucha revolucionaria en su natal Santiago de Cuba, participando en la
sublevación del 30 de noviembre de 1956, bajo las órdenes de Frank País, que lo
seleccionó para integrar el primer refuerzo al naciente Ejército Rebelde en la
Sierra Maestra.
Al igual que Machado Ventura es fundador del Segundo
Frente Oriental “Frank País”, herido en dos ocasiones en combate contra las
tropas de la tiranía, destacándose por su valor, lo que le mereció ascender
desde soldado hasta el grado de Comandante.
Luego del triunfo de la Revolución ha ejecutado con
éxito, humildad y lealtad las tareas encomendadas, entre las cuales debo
resaltar el cumplimiento de delicadas misiones internacionalistas,
posteriormente llevó a cabo el desarrollo de la siempre competente
Contrainteligencia Militar, contribuyó de manera decisiva a la primera victoria
sobre las fuerzas invasoras en Angola, al frente de la Misión Militar Cubana,
de 1975 al 1977 y ha desempeñado, entre otros, los cargos de Viceministro
Primero del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Ministro del
Interior.
La actitud de Machado Ventura y Colomé Ibarra no es
casual ni debe sorprender a nadie, es una demostración concreta de su genuina
fibra revolucionaria, en la que no hay cabida a la vanidad y el interés
personal, ni mucho menos el aferramiento a cargo alguno. Esa es la esencia de
la generación fundadora de esta Revolución. Así actuó Fidel hace cinco años,
dando un ejemplo enaltecedor. Así confiamos que también sean las nuevas
generaciones.
Al hablar de estos temas es oportuno recordar lo
expresado por Fidel, hace exactamente 15 años, ante la Asamblea Nacional el 24
de febrero de 1998, en cuanto a la primera regla o rasgo que debe caracterizar
a un cuadro revolucionario, cito: «No ambicionar nunca cargos, que los hombres
lleguen a los cargos que les correspondan por sus méritos, por su trabajo, por
sus virtudes, por su patriotismo…».
El Consejo de Estado elegido en esta sesión de
nuestro Parlamento es un reflejo de cómo comenzamos a hacer realidad los
acuerdos del 6to Congreso del Partido en materia de la política de cuadros. De
sus 31 miembros el 41,9 por ciento son mujeres y el 38,6 por ciento son negros
y mestizos. La edad promedio es de 57 años y el 61.3 por ciento nació después
del triunfo de la Revolución.
Ya son dos las vicepresidentas del Consejo de Estado
y persistiremos en la voluntad de que siga creciendo la representación femenina
en este órgano y en todas las instituciones del país.
De igual forma, la Asamblea Nacional fue renovada en
un 67,26 por ciento, las mujeres elevaron su participación hasta el 48,86 por
ciento y los negros y mestizos al 37.9. El 82,68 por ciento de nuestros
diputados posee nivel superior de educación y la edad promedio es de 48 años.
De las 15 provincias del país, en 10 resultaron
electas mujeres para presidir las Asambleas Provinciales del Poder Popular, el
promedio de edad en estos cargos es de 47 años y todos poseen nivel
universitario.
Estos datos corroboran la calidad del proceso
electoral cubano y las potencialidades que tienen los órganos del Poder Popular
y esta Asamblea como órgano supremo de poder del Estado, para ejecutar las
importantes potestades fijadas en la Constitución.
Precisamente a esta legislatura le corresponde una
fecunda e intensa labor legislativa en el fortalecimiento de nuestra
institucionalidad, en especial de cara a la implementación de los Lineamientos
de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, proceso que
tiene la primera de las prioridades y en el cual, como expliqué en la pasada
sesión de la Asamblea Nacional, nos comenzamos a adentrar en cuestiones de
mayor alcance, complejidad y profundidad.
Nos llena de sano orgullo y satisfacción que el Parlamento
cubano sea encabezado, a partir de hoy, por el compañero Esteban Lazo
Hernández, miembro del Buró Político, un negro de origen humilde, cortador de
caña desde muy joven, obrero en el molino y secadero de arroz de Jovellanos,
municipio donde integró el Comité Municipal del Partido. Con enorme esfuerzo y
sin abandonar sus responsabilidades partidistas obtuvo el título de Licenciado
en Economía.
Posteriormente ocupó el cargo de Primer Secretario
del Comité Provincial del PCC en Matanzas y luego en Santiago de Cuba y Ciudad
de La Habana.
Lo mismo podemos decir en los casos de los nuevos
vicepresidentes del Consejo de Estado, Díaz-Canel, de Mercedes López Acea, la
eficiente primera secretaria del Partido en la capital y de Salvador Valdés
Mesa, representante directo de la clase obrera, quien en su condición de
miembro del Buró Político, pasará a atender a la Central de Trabajadores de
Cuba (CTC), además de otras funciones que se le asignarán por la vía
partidista.
Todos ellos surgieron del pueblo y como el resto de
los miembros del Consejo de Estado constituyen un ejemplo fehaciente de cómo se
han llevado a la práctica las palabras de Fidel el 16 de abril de 1961, en
vísperas de la invasión mercenaria por Playa Girón, cuando dijo: «esta es la
Revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes y para
los humildes». Hoy estamos demostrando que así lo seguirá siendo para siempre.
Es asimismo motivo de legítima felicidad contar con
una juventud identificada con los valores éticos y los principios de justicia
social, que está preparada en todos los sentidos, inclusive militarmente, para
defender y mantener en alto las banderas de la Revolución y el Socialismo.
Ciertamente quienes tuvimos el honor de acompañar a
Fidel en los inicios de la gesta revolucionaria y en la lucha insurreccional
contra la tiranía, hemos tenido el privilegio, junto al pueblo heroico, de ver
con nuestros propios ojos la obra consolidada de la Revolución; sin embargo la
mayor satisfacción es la tranquilidad y serena confianza que sentimos al ir
entregando a las nuevas generaciones la responsabilidad de continuar
construyendo el socialismo y con ello asegurar la independencia y la soberanía
nacional.
Lo hacemos teniendo definido por el Congreso del
Partido el rumbo para actualizar el modelo económico cubano y alcanzar una
sociedad socialista próspera y sostenible, una sociedad menos igualitaria, pero
más justa, principios estos que sirven de fundamento para la conformación del
programa de desarrollo hasta el año 2030, en fase de elaboración.
Ello será posible porque los Lineamientos de la
Política Económica y Social son fruto, en primer lugar, de los amplios y
democráticos intercambios con el pueblo, que los hizo suyos, reformulándose el
68 por ciento de la propuesta inicial como resultado de la consulta popular.
De la misma forma fueron respaldados por el
Parlamento, en cuyas sesiones ordinarias se rinde cuenta, dos veces al año,
sobre la marcha del plan de la economía y del proceso de implementación de los
citados lineamientos.
Similar análisis se efectúa sistemáticamente en los
plenos del Comité Central y de los comités provinciales y municipales del
Partido, con la participación de dirigentes administrativos locales.
Estos métodos de consulta directa con la población
que se han desarrollado en más de 50 años del proceso revolucionario y que
proseguirán perfeccionándose antes, durante y después de adoptar las decisiones
más trascendentales para el futuro del país, constituyen un factor adicional
para la tranquilidad y esperanza hacia el futuro que experimentamos los
integrantes de la dirección histórica de la Revolución, ya que además de
fortalecer de manera permanente la unidad y apoyo del pueblo, garantizará
rectificar oportunamente los errores que podamos cometer.
En Cuba nunca a nadie se le permitirá soslayar que
tal y como expresa la Constitución en su artículo No. 3, cito: «la soberanía
reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado».
En virtud de ello, previo a la celebración de los
futuros congresos del Partido, deberá llevarse a cabo un proceso de consulta
popular, cada vez más profundo y organizado, de modo que el Programa
actualizado de la Revolución que se apruebe refleje siempre, en todos los
asuntos vitales de la sociedad, la opinión de la población.
A aquellos que dentro o fuera del país, con buenas o
malas intenciones, nos alientan a ir más rápido, les decimos que continuaremos
sin prisa, pero sin pausa, con los pies y los oídos bien pegados a la tierra,
sin terapias de choque contra el pueblo y sin dejar a ningún ciudadano
desamparado, superando la barrera del inmovilismo y la mentalidad obsoleta en
favor de desatar los nudos que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas,
o sea, el avance de la economía, como cimiento imprescindible para afianzar,
entre otras esferas, los logros sociales de la Revolución en la educación, la
salud pública, la cultura y el deporte, que debieran ser derechos humanos
fundamentales y no un negocio particular.
Al mismo tiempo, nos proponemos mantener el
enfrentamiento a las indisciplinas e ilegalidades de todo tipo, incluyendo el
combate a las manifestaciones de corrupción que atentan contra las bases mismas
de nuestro sistema social, partiendo de que sin la conformación de un ambiente
de orden, disciplina y exigencia en la sociedad, cualquier resultado será
efímero. En la reunión de este Parlamento, en la primera quincena del mes de
julio, trataremos a profundidad este bochornoso asunto de las indisciplinas e
ilegalidades.
Pasando a temas de carácter internacional, no puedo
dejar de mencionar que el pasado 28 de enero, en el 160 aniversario del
natalicio de José Martí, Cuba asumió la Presidencia de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y tendrá la responsabilidad de organizar
en nuestro país su próxima Cumbre en el año 2014.
Este es un hecho de particular relevancia que
reivindica la lucha del pueblo cubano por su soberanía y autodeterminación,
demuestra cuánto han avanzado América Latina y el Caribe hacia la definitiva
independencia y expone el aislamiento y fracaso de la política de bloqueo
económico y mediático de Estados Unidos contra nuestra nación.
La Presidencia Cubana de la CELAC actuará con
prudencia y determinación para potenciar lo que nos une en el camino común de
paz, desarrollo, justicia social, democracia con participación verdadera del
pueblo, garantía para el ejercicio de todos los derechos humanos por todas las
personas, soberanía sobre los recursos naturales y disminución de la
desigualdad social y la pobreza.
Tendremos que cuidar nuestra unidad dentro de la
diversidad e impedir que se nos divida. Sabemos que la consolidación de esta
organización enfrentará recios obstáculos, derivados del injusto e insostenible
orden internacional, la crisis económica global, la agresiva política de la
OTAN, las amenazas y consecuencias de sus guerras no convencionales y el
intento de un nuevo reparto del mundo; la existencia de enormes arsenales
nucleares y novedosas armas, así como el cambio climático.
La inequidad en la distribución de la riqueza en el
continente es la principal debilidad y a la vez el mayor desafío que
enfrentamos. En la América Nuestra con más unidad, integración y justicia
social, nada podrá detenernos.
Aprovecho la ocasión para reiterar, en nombre de
esta Asamblea y del pueblo cubano, la felicitación al Presidente Rafael Correa
y la Revolución Ciudadana, que él encabeza, por su resonante victoria electoral
el pasado domingo.
Llegue al Presidente Hugo Chávez Frías el abrazo
fraternal y deseos de recuperación de su salud. A la Revolución Bolivariana, al
pueblo venezolano y a sus dirigentes ratificamos toda la solidaridad de esta
Asamblea Nacional y de nuestros compatriotas.
A más de un mes de su entrada en vigor, las nuevas
regulaciones migratorias están en completa aplicación sin contratiempos, con
una favorable acogida por parte de la población y la abrumadora mayoría de la
emigración cubana.
Proseguiremos demandando la liberación y el regreso
a la Patria de nuestros Cinco Héroes, a quienes trasmitimos el fraterno saludo,
reconocimiento y compromiso de este Parlamento y de todo el pueblo.
Para terminar mis palabras y sobre todo pensando en
el porvenir de la Patria, creo que la mejor manera de hacerlo es con la
brillante definición del concepto Revolución formulado por su Comandante en
Jefe Fidel Castro Ruz, el 1º de mayo del año 2000 en la Plaza de la Revolución,
cito:
«Revolución es sentido del momento histórico;
es cambiar todo lo que debe ser cambiado;
es igualdad y libertad plenas;
es ser tratado y tratar a los demás como seres
humanos;
es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros
propios esfuerzos;
es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y
fuera del ámbito social y nacional;
es defender valores en los que se cree al precio de
cualquier sacrificio;
es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y
heroísmo;
es luchar con audacia, inteligencia y realismo;
es no mentir jamás ni violar principios éticos;
es convicción profunda de que no existe fuerza en el
mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.
Revolución es unidad, es independencia,
es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba
y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y
nuestro internacionalismo» (fin de la cita).
¡Que esta magistral definición sirva para siempre de
guía a todas las generaciones de patriotas y revolucionarios cubanos!
Muchas gracias.
No hay comentarios.: