SANTO DOMINGO.- El dirigente tradicional de la izquierda
dominicana, Narciso Isa Conde, ha reaccionado molesto porque el presidente de
Cuba, Raúl Castro, recibió el pasado miércoles al ex mandatario dominicano
Leonel Fernández.
Calificó ese recibimiento de Raúl como “víctimas de
la inercia estatal trasnochada”.
“Vale de todas maneras manifestar con altivez el
disgusto nacional-popular, no para
agredir a los meritorios anfitriones cubanos, víctimas de esa inercia
estatal trasnochada, sino para no quitarle el guante de la cara a ese “turpén”
impenitente con olor a reo-público globalizado”, señala Narciso en su columna
dominical “Leonel en Cuba” publicada el domingo en El Nacional.
Narciso quien fue un abanderado del castrismo e impenitente admirador de los rusos, ahora cuestiona del Gobierno de los Castro.
Alternativasnoticiosas.com,
deja a sus lectores el artículo de Isa Conde
Algo se “chispotió” en Cuba, para que, en estas
circunstancias, Leonel Fernández fuera invitado a participar en la III
Conferencia Internacional sobre el Equilibrio del Mundo, dedicada a José Martí;
integrada por prestigiosos/as intelectuales de todos los continentes.
Antes, no
eran pocos los que a regañadientes aceptaban semejantes “tizanas de tachuelas”,
dada la fuerte gravitación de las relaciones de Estado y la condición de
Presidente de la República del referido personero; como también eran muchos los
que no percibían desde fuera –e incluso desde aquí- tanta corrupción, abusos y
delincuencia política en el Estado bajo su gestión… para beneficio propio y de
los suyos.
Entonces,
nuestras denuncias parecían altisonantes, pero me atreví -en un artículo como
éste- advertirle a Fidel respecto al desgobierno de Leonel, cuando en una
ocasión lo recibió y lo colmo de elogios; posiblemente impactado por sus
simulaciones en las pasarelas internacionales y sus hipocresías en el ejercicio del poder.
Leonel Fernández y Raúl Castro
Ahora, con más razón reitero ese parecer
multiplicado, independientemente de que el encuentro con Raúl fuera a todas
luces muy protocolar y bastante sobrio.
Y es que en
la actualidad todo está clarito para muchos/as: Funglode -como tantas veces
denuncié- es “cuerpo del delito”.
Pero no solo.
Las alcancías
humanas, civiles y militares, están identificadas. Igual el cártel contratista.
El saqueo de
las privatizaciones está tan a la vista como los estragos del neoliberalismo y
la narco-corrupción.
El leonino
contrato con la Barrick-Bush acusa a los que lo refrendaron.
El robo, vía
contrato Sun Land, va tomando forma de expediente judicial.
El patrimonio
público y natural ha sido entregado de manera vil por iniciativa de la
corporación político-económica que dirige ese señor.
Gran parte de
nuestro pueblo y su juventud claman
contra la impunidad que la protege y debe sentirse mal a enterarse de esa
visita.
Pienso que no son pocos los/as revolucionarios/as
cubanos/as, que por conocer mejor lo que está aconteciendo en nuestro país y
percibir la erupción de la verdad respecto a la corruptela leonelista, se
sienten mal con esa invitación tan innecesaria como inoportuna.
Pero acontece
que la inercia del pasado, aun cuando las nuevas circunstancias no la toleren,
puede irrumpir y expresarse en “malas pasadas” como ésta.
Vale de todas
maneras manifestar con altivez el disgusto nacional-popular, no para agredir a los meritorios anfitriones cubanos,
víctimas de esa inercia estatal trasnochada, sino para no quitarle el guante de
la cara a ese “turpén” impenitente con olor a reo-público globalizado.
Euclides
pretendió ir más lejos: un homenaje conjunto a Bosch, Fidel, Chávez y Leonel.
Pero parece se le peló el billete.
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