WASHINGTON.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, pidió el jueves a
los líderes del Congreso mantener presente la "humildad" y la fe
cuando se enzarcen en debates con el Gobierno, al señalar que "los más
poderosos debemos ser también los más humildes".
En un discurso durante el Desayuno Nacional de la
Oración, que se celebra el primer jueves de febrero de cada año en Washington,
Obama bromeó con que las plegarias por la unidad nacional que se escuchan en
ese acto parecen tener "fecha de caducidad".
"Me preocupa que en cuanto dejamos el desayuno,
todo sobre lo que hemos hablado se olvida, ese mismo día", señaló.
"Vuelvo al Despacho Oval y empiezo a mirar los canales de noticias, y es
como si no hubiéramos rezado", continuó.
"Retengamos esa humildad no sólo durante esta
hora, sino en todas. Y déjenme sugerir que los que tenemos más poder e
influencia necesitamos ser los más humildes", añadió.
Obama recordó las dos biblias que escogió para jurar
su cargo para un segundo mandato el pasado 21 de enero, las del expresidente
Abraham Lincoln (1861-1865) y del activista Martin Luther King, ambos hombres
"extraordinarios" que buscaron consuelo en la fe en sus momentos
difíciles.
"Hoy las divisiones en este país no son tan
profundas ni destructivas como cuando Lincoln lideró, pero son reales; y no son
tan pronunciadas como cuando King organizó su marcha, pero son reales. En todos
los debates, debemos mantener la misma humildad que ellos comprendieron que
está en el centro de nuestro liderazgo", afirmó.
Acompañado de su mujer, Michelle, y del
vicepresidente Joe Biden, Obama recordó que esta es la quinta vez que acude
como presidente al desayuno de la oración, y al contrario que otras ocasiones,
dio a su discurso un tono sobrio y alejado de asuntos políticos.
El año pasado, en cambio, relacionó su propuesta de
aumentar los impuestos a los ricos con su fe, al señalar que "además de
tener sentido económico, coincide con la enseñanza de Jesucristo de que 'a
quienes mucho se les da, mucho debe exigírseles'".
Obama ha sido criticado en ocasiones por acudir
pocas veces a misa en Washington, algo que él justificó a comienzos de su
mandato al indicar que no le gusta molestar a los feligreses en sus momentos de
oración con el despliegue de seguridad que siempre le acompaña.
La Casa Blanca asegura que asiste a misa cuando pasa
los fines de semana en la residencia de descanso presidencial en Camp David.
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