MADRID.- Un solitario gol de Iker Muniain a 10 minutos para
el desenlace de la batalla matinal en San Mamés bastó al Athletic para sumar
tres puntos que le alejan del descenso e impiden al Valencia conquistar la
cuarta plaza que sigue persiguiendo. No fue justo el fútbol con los de Valverde,
que sigue sin ganar como entrenador en la Catedral, esta vez de forma
incomprensible.
Fue feroz el arranque bilbaíno contra un rival que
comparecía de blanco inmaculado y con rotaciones, algunas obligadas, en su once
inicial. Ibai Gómez y Adúriz pusieron a prueba la seguridad de la zaga de
Guaita, con el reconvertido Mathieu multiplicándose en el despeje. El francés
es ya el referente de una defensa rota por las lesiones, la última de Víctor
Ruiz, que no terminó el primer acto a causa de un problema muscular.
Reaccionó el Valencia sacudiéndose el dominio local,
con Albelda como improvisado central y el capitán Banega dirigiendo a un equipo
sin Jonas y Soldado en la vanguardia. A falta de ocasiones, tiró de intensidad
el grupo de Valverde, que equilibró el choque en un tramo final del primer acto
en el que el Athletic tuvo su mejor opción con un golpe franco escorado de Ibai
que se estrelló en la madera.
La negación de Soldado
A la vuelta de vestuarios, el Valencia cambió la escena
del partido. La fiesta en la grada quedó en tensión durante media hora
magistral de los de Mestalla. Con Feghouli como estilete, los de Valverde
empezaron a acechar la meta del cuestionado Gorka, que en esta ocasión se
erigió en el mejor de los suyos.
El francoargelino probó a Iraizoz con un
zapatazo desde la frontal tras recortar en el balcón del área, y acto seguido
se atrevió con un autopase de tacón que acabó con una asistencia al corazón del
área que no encontró rematador. Poco después fue Piatti quien obligó a sacar
una nueva mano a Gorka, en otra ofensiva visitante. En cinco minutos, el
Valencia había llevado más peligro en ataque que en todo el primer asalto.
Y siguió asediando los dominios de Iraizoz un
Valencia envalentonado que por momentos encerró al Athletic en su área.
Valverde quería la victoria y apostó por Soldado en lugar de un discreto
Valdez, batallador pero sin opciones en la pegada. Esta vez le salió mal al
'Txingurri', pues el nueve del Valencia falló las dos ocasiones más claras para
su equipo. Una de ellas, apenas tres minutos después del gol de Muniain, en un
remate inverosímil a tres metros de la portería desierta, con Gorka batido. El
portero abrazó al ariete negado, en doble gesto de solidaridad y
agradecimiento. En el lado opuesto, el joven talento vasco se estrenó en Liga
fusilando sin piedad un balón suelto en área de Guaita.
El internacional Soldado volvió a perderse en la
protesta iracunda mientras Bielsa permitía a Llorente -presencia testimonial-
jugar un cuarto de hora ante la parroquia entregada de San Mamés, que dio
aliento a los suyos cuando se intuía una nueva derrota y la sombra del infierno
asomaba por el Botxo.
Valverde quemó sus últimas naves dando entrada a
Jonas por Banega y el Valencia siguió creando ocasiones hasta el final, con
Piatti, con Feghouli y con el mentado Soldado, pero habría hecho falta un día
entero para que su equipo hiciera diana en el arco del Athletic.
El Valencia
pierde la batalla de Bilbao por su ineficacia aunque mantiene sus opciones en la
guerra por la Champions. En Bilbao, donde anhelan la paz entre los distintos
estamentos del club, celebran una victoria que les acerca al objetivo de la
salvación en esta campaña de transición.
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