KABUL.- Una mujer de unos 20 años fue ejecutada en
público esta semana en la provincia de Badghis, donde el grueso de las tropas
españolas se encuentran destinadas en el noroeste de Afganistán, después de que
los líderes de la comunidad la acusaran de adulterio. El propio padre de la
joven disparó el gatillo que acabó con su vida, al considerar una ofensa para
el honor de la familia que la muchacha fuera en teoría infiel a su marido.
En Afganistán es delito mantener relaciones sexuales
fuera del matrimonio, y está penado con hasta quince años de cárcel. Pero en
este caso no existen testimonios que corroboren que la mujer realmente fuera
infiel, según ha destacado un líder provincial que solicitó que se mantuviera
su anonimato. "El padre de la chica huyó tras matarla", el jefe de
policía de Badghis, Sharafuddin Sharaf, explicó a ELMUNDO.es por teléfono desde
la capital provincial, Qala-e-now, y aseguró que continuarían buscándolo para
detenerlo.
Los hechos ocurrieron en la localidad de Kukchai, en
el distrito de Ab Kamari, que es uno de los más tranquilos de la provincia y
cuya seguridad depende de las fuerzas afganas. Las tropas españolas nunca
tuvieron allí presencia permanente, y transfirieron la responsabilidad del
distrito a los efectivos afganos hace más de un año.
La joven ejecutada se llamaba Jalima Fazla Ahmad,
estaba casada y tenía dos hijos. Según la versión de las autoridades locales,
la muchacha se ausentó de su casa dos días, aprovechando que su marido estaba
trabajando en Irán, y se fue con un hombre que no pertenecía a su familia. Su
padre la encontró, y la llevó de vuelta a casa. Y entonces los líderes de la
comunidad, actuando con total impunidad y saltándose la legislación afgana,
decidieron que la chica debía pagar con la muerte el hecho de haberse ido del
hogar. Convocaron a los vecinos de la zona, y su padre abrió fuego contra ella
ante la mirada de todos. Se desconoce la suerte del hombre que en teoría estuvo
con la joven las dos jornadas que se ausentó de casa.
"En nuestra cultura, no se acepta el
adulterio", el jefe provincial de policía intentó justificar la reacción
del padre de la muchacha, aunque la desaprobó ya que el hombre se tomó la
justicia por su mano. Por su parte, el responsable de la Policía Local en el
distrito de Ab Kamari, Qamaruddin, aseguró que los talibán influyeron en la
comunidad para que castigara a la muchacha de forma tan drástica. Sin embargo,
el jefe del Consejo Provincial, Majid Khan, lo desmintió, y aseguró que dos
mulás de la zona y el padre de la joven fueron quienes decidieron ejecutarla en
público para mantener el buen nombre de la familia.
El sistema judicial en Afganistán es completamente
corrupto e inoperante, y en las zonas rurales, casi inexistente. El año pasado
fuentes de la Agencia de Cooperación Internacional de Estados Unidos (USAID, en
sus siglas en inglés), que trabaja en Badghis en la mejora del sistema
judicial, reconocían que los jueces de la provincia desconocían la legislación
afgana, e incluso la ley islámica.
De hecho, en la mayoría de los casos los líderes de
la propia comunidad son quienes deciden cómo resolver posibles conflictos, de
manera que las mujeres siempre suelen salir mal paradas. Por una parte, porque
siempre son hombres quienes toman las decisiones. Y por otra, porque no se
tiene en cuenta la presunción de inocencia. Si una mujer se ausenta de casa, ya
se da por hecho que ha cometido adulterio. En Afganistán se considera adulterio
mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, aunque el hombre y la mujer
no estén casados.
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