Se cumplió a rajatabla el 'Citius, altius, fortius'.
Superioridad en el plano físico y táctico de cabo a rabo de los rojos. El
Bayern sacó el rodillo 4-0 sin necesitar a titulares como Tony Kroos o Mario
Mandzukic, para qué el talento venidero del fichaje para el año próximo, Mario
Götze.
El Barça empezó su tiritona en Múnich con el bombardeo aéreo de la
'Luftwaffe' local, tres cabezazos dos goles -el segundo en fuera de juego-, que
después remató su lección con la 'blitzkrieg' a ras de tierra. Piqué tuvo que
multiplicarse por tres, pero no dio abasto en pelotas por arriba que siempre
tocaba uno de rojo o por abajo cuando le venían lanzados en velocidad terminal.
Tampoco Busquets.
Y Messi, tocado y hundido, 'no estuvo' en el Allianz, esta
vez no dio un solo acelerón y su grupo no lanzó nada entre los tres palos hasta
el minuto 70. Algún tímido esbozo de intentona en la segunda parte ya con 2-0
atrás y el blindaje rojo intacto. Ni un solo arañazo. En dos o tres pases,
transiciones rapidísimas, la poderosa horda roja se presentaban en el área de
Valdés. Imparables. Ni se encontró la forma de defenderles y, mucho menos, de cómo
atacarles.
Sólo Iniesta porfió como pudo en el intento de
atravesar el cerco en tres cuartos de los alemanes. Mucha posesión sin nada que
llevarse a la boca. Hasta el 'enano' Robben ganó un pelota por arriba a Alexis
y a punto estuvo de colocar el 3-0, al que puso finalmente su firma cuando el
árbitro Viktor Kassai se cobró en especie las dos manos no pitadas en la
primera parte en el área azulgrana. Porque el cuchillo holandés fusiló el 3-0
con una pantalla de Müller sobre Jordi Alba, que le limpió el camino con un
blocaje... y el árbitro y el juez de área se inhibieron. El cuarto, obra otra
vez del omnipresente Müller, que cortaba por donde la pillaba, sólo fue
cuestión de tiempo con su rival sin dar abasto.
Desde 1997 ,contra el Dinamo de Kiev, el Barça no
sufría un varapalo de este calibre en la Copa de Europa. Este equipo de época
lanzó su primer tiro a puerta en el 68, lo hizo el canterano Bartra, que se
encontró una pelota en un córner, y, de sopetón, la lanzó mansita a las
manoplas abajo de Neuer. También la segunda fue suya, gracias a que la
retaguardia muniquesa se quedó clavada como una estaca en la defensa de una
falta. Esta vez la largó a las nubes en una media vuelta obligada por su pierna
mala. Que el central canterano tuviera los dos únicos tiros del Barça habla
claro de la agonía en un Allianz Arena de Múnich fuera de su alcance. Ni frente
al Madrid se vio sufrir así a los azulgrana.
El medio campo estaba encharcado y por allí
presionaba Javi Martínez y unos cuantos de la horda roja. Pese a la paliza
recetada, el vasco no tiene claro que se haya saltado a Wembley directamente.
"Nosotros sabíamos que iba a ser difícil, pero no hubiéramos imaginado
este gran resultado. Nos ha salido muy bien, la primera parte está hecha, pero
no nos podemos relajar a pesar de llevar una gran ventaja. Este Barça le metió
un 4-0 al Milán", dijo el fichaje más caro de la historia de la
Bundesliga.
No hubo siguiera intento de plan B de Vilanova para
burlar el poderío físico alemán. Paralizado, no hizo su primer cambio hasta el
minuto 82, con 4-0. El local aplastó al Barça en lo físico, sin saber por donde
pararlos ni meterles mano. Ni una sola rozadura al blindaje alemán por el
estado de Messi. Además, Vilanova tenia a su hombre más veloz, y quizá más en
forma, -el extremo Tello- en la tribuna. Al otro lado estaban pletóricos Müller
y Ribery, que mordían en defensa con Javi Martínez de perro de presa y todos
tejiendo una telaraña impenetrable. Ni su hombre más adelantado -Mario Gómez-
tenía licencia para no presionar. El Barça apenas cosió una jugada decente en
tres cuartos, llegaban siempre trabadas. Ni se acercó a Manuel Neuer.
Ribery estaba tan eufórico como en el verde, donde
derrochó sudor en ataque y en defensa, cerrando algunos balones en los escasos
envíos visitantes para coger la espalda de la defensa muniquesa. "El
resultado ha sido muy merecido. Se ha demostrado que sabíamos la forma de
jugarles para este gran partido", dijo el francés a los micrófonos de
Canal Plus Francia. Y explicó el aplastante triunfo por la solidaridad.
"Jugamos bien todos juntos ofensivamente y también de modo defensivo.
Somos más fuertes este año porque nuestra platilla es mucho más sólida, es la
fuerza del equipo. Estamos encantados, nos da placer de jugar juntos. Todo el
mundo corrió mucho para el equipo". Sonrisa tan larga como la cicatriz que
le cruza la cara.
'El Galgo' Müller, presente en tres de los cuatro
goles alemanes, tampoco toca las campanas de Wembley por si acaso. Respeto a un
equipo de época obliga. "Se supone que existe la magia del Camp Nou,
tenemos que mostrar que no creemos en ella", dijo en la Sky el bigoleador
de la noche, que se marcó un partidazo en ataque y defensa. Con respecto a su
tremendo derroche individual, con dos goles -uno en fuera de juego no pitado- y
una asistencia de cabeza, Müller fue alemán en lo de 'equipo, equipo, equipo y
más equipo'. "Sencillamente yo hice mi trabajo. Sabía que para ganar
habría que correr muchos kilómetros en el partido".
Fuente
EL MUNDO
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