WASHINGTON.- La gran batalla por el presupuesto de
2013 comenzó con dos discursos del presidente Barack Obama que
hicieron hincapié en su mensaje de justicia económica de cara a las demandas
republicanas de recortes más agudos de gastos.
Frente a la profunda división partidista sobre el
presupuesto federal de 2014, la reforma fiscal y elevar el techo de la deuda a
finales de este año, las palabras de Obama en Illinois y Missouri trataron de
enmarcar el debate presupuestario, centrándose en la recuperación del país de
la recesión durante su presidencia y el llamado a la igualdad de oportunidades
que ayudó a ganar dos elecciones.
Obama dijo en el Colegio Knox que "Estados Unidos
ha luchado su camino de regreso" después de la recesión, pero señaló que
quienes tienen ingresos más altos se han beneficiado más que el trabajador
promedio que se esfuerza por salir adelante, lo cual es "inmoral" y
signo de una "mala economía".
Más temprano este miércoles, el vocero de la Casa
Blanca, Jay Carney, dijo a CNN que el objetivo de las palabras de Obama es
aumentar la presión sobre los republicanos para que trabajen con los demócratas
y el gobierno, señalando que "al final, los miembros del Congreso
responden a sus electores".
Pero los republicanos dijeron que los discursos de
Obama forman parte de una estrategia de reciclaje de proyectos que carece de
ideas frescas para reforzar aún más una economía que todo el mundo está de
acuerdo debe crecer más rápido.
"Hemos oído todo eso antes. Es realmente muy
viejo", dijo este miércoles el líder de la minoría republicana del Senado,
Mitch McConnell, agregando que más discursos del presidente solo generan
decepción.
Los primeros seis meses del segundo mandato de Obama
han estado dominados por cuestiones como la violencia armada y la reforma
inmigratoria, lo que ha puesto a ambos partidos en disputas legislativas.
Además han surgido controversias importantes, como la del Servicio de Impuestos
Internos que ha apuntado a grupos que intentan quedar exentos.
Altos funcionarios del gobierno dicen que Obama
quiere cambiar los términos del debate político y trazar otra dirección
económica para Estados Unidos para lo cual realizará una serie de discursos en
las próximas semanas ya que el gobierno se acerca al final de su año fiscal, el
30 de septiembre.
Los temas de los mensajes de temática económica
incluirán seguridad en el empleo, educación, propiedad de la vivienda, salud y
seguridad en la jubilación.
Pese a registrar un crecimiento lento pero constante
los últimos cuatro años, las encuestas muestran que muchos estadounidenses
siguen preocupados por el desempleo y la economía en general, mientras que los
indicadores muestran una recuperación y mejora de la bolsa de valores de Wall
Street que ha logrado niveles récord.
Dos nuevas encuestas indicaron este miércoles que
menos de la mitad de los estadounidenses aprueba el manejo del presidente de la
economía. Ambas encuestas, de NBC News/Wall Street Journal y ABC News/Washington
Post, mostraron que más encuestados desaprueban el manejo económico de Obama,
que sigue siendo el tema más importante para la gente.
Independientemente de lo que ha ocurrido en los
últimos meses, el debate nacional de este verano se centrará en el presupuesto
federal.
Las batallas políticas se inclinan sobre el gasto y
los impuestos que han marcado la presidencia de Obama, y los líderes
republicanos están amenazando con duras tácticas de negociación —frente a las
elecciones del próximo año— sobre el presupuesto, la reforma fiscal y los
recortes de gastos forzosos que entraron en vigor este año.
Tanto los republicanos, que tienen mayoría en la
Cámara de Representantes, y los demócratas con su mayoría del Senado, han
aprobado las propuestas de gasto para el año fiscal 2014, pero las medidas
tienen pocas coincidencias en términos de prioridades.
Cualquier intento de reconciliar las diferencias
mediante la negociación enfrenta complicaciones en temas interrelacionados,
como si deben continuar los amplios recortes del gasto público que entraron en
vigor en marzo, los cuales afectaron el presupuesto de militares.
Otra mina terrestre potencial es la oposición de los
republicanos conservadores, incluidos algunos líderes republicanos en el
Congreso, para financiar la aplicación de la ley de reforma de salud impulsada
por los demócratas con el apoyo de Obama en 2010.
Para complicar aún más el debate está cierta
necesidad de que el Congreso autorice un aumento en el límite de endeudamiento
del gobierno, conocido como el techo de deuda, en algún momento de este otoño.
El presidente de la Cámara de Representantes, John
Boehner, dejó en claro que cualquier aumento en el techo de la deuda requeriría
un recorte equivalente en el gasto público para conseguir el apoyo del Partido
Republicano, la demanda se conoce como la “regla de Boehner” establecida por el
republicano de Ohio.
La Casa Blanca ha dicho que no va a negociar el
techo de la deuda. Otros congresistas republicanos se resisten a ser vinculados
con demandas específicas, como los recortes en los fondos para la
implementación de la reforma de salud, pero insisten en que se debe hacer más
para reducir el déficit y la deuda.
"Creo que poner el techo de la deuda como un
rehén de cualquier cosa específica no es probablemente la mejor manera de
negociar", dijo el senador republicano Roy Blunt a MSNBC este miércoles.
"Lo que tenemos ahora es que necesitamos más recortes de gastos".
Blunt hizo un llamado específico a las reformas a
programas sociales populares, como Medicare, Medicaid y la Seguridad Social
para reducir sus costos.
Sin embargo, los demócratas y los republicanos
tienen las mayores diferencias respecto a los derechos de programas federales,
un objetivo de hace tiempo de los conservadores que buscan reducir el tamaño
del gobierno, en particular los programas federales.
Los demócratas sostienen que su plan de pensiones
del gobierno y la atención sanitaria para los ancianos y los pobres son parte
de un contrato social fundamental que garantiza el bienestar de los ciudadanos
más vulnerables.
Fuente
CNN
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