HUNGARORING.- Lewis Hamilton consiguió la primera victoria de su
vida con Mercedes, su nueva escudería. El inglés lució un ritmo imposible para
el resto, fino en la salida y constante durante el durísimo recorrido de
Hungaroring. En el podio estuvo acompañado por Kimi Raikkonen y Sebastian
Vettel, que estira su distancia en el Mundial a 39 puntos con Fernando Alonso.
El asturiano faenó con dificultades por una pista
agresiva para su Ferrari, tan caliente como sinuosa. Además, el sistema para
tomar agua durante la carrera se le estropeó, para convertir en un pequeño
infierno el puesto de conducción de su monoplaza, con 50 grados en el asfalto.
Las curvas lentas de Hungaroring se han atragantado a este F130 falto de agarre
y con problema ya en casi todos los circuitos, para desgracia del español.
Salió quinto y terminó quinto, ninguna ganancia en
otro domingo que agrava la situación de Ferrari en el campeonato. El único
alivio, si acaso, es que Sebastian Vettel, el líder del Mundial, no consiguió
la victoria y su tercer puesto sólo le distancia otros cinco puntos del
español. Eso sí, el líder de Red Bull quizá no sea el único enemigo a vigilar a
partir de ahora.
Con su victoria, Lewis Hamilton se asoma a la pelea
por el campeonato, con Kimi Raikkonen también en esa barandilla, con pinta de
despistado, pero siempre peligroso. El Mercedes del inglés volvió a confirmar
su salto de calidad desde aquellos test ilegales que protagonizaron en mayo.
Desde entonces, es un cañón el coche verde, velocísimo incluso sobre una pista
de brasas.
Los gravísimos problemas de degradación que sufrían
a principios de temporada parecen olvidados y motor y aerodinámica tienen de
sobra para poner en problemas a todos, incluso a los Red Bull. Hamilton salió
con rabia desde la pole y nunca tuvo rival, de principio a fin, para conseguir
su cuarto triunfo en esta pista de especial recuerdo, donde en 2007 protagonizó
su enfrentamiento más serio con Fernando Alonso, entonces compañero.
El español, en el trazado donde arrancó su leyenda
-primera victoria en la F1, en 2003,- circuló con voluntad pero sin tiempos
poderosos, defendiendo su quinta plaza durante 70 vueltas durísimas. Se acercó
a los primeros (fue tercero durante unas vueltas), pero la irrupción de Mark
Webber desde la décima plaza le apartó de los puestos cabeceros. Al australiano
le fue estupendamente su estrategia de salir con gomas duras al principio, para
ir gestionando después sus paradas. Siempre rodó más rápido, pero no lo
suficiente como para adelantar a su propio compañero, que resistió en el cajón
de honor.
Siempre a rebufo
Alonso, quinto en parrilla, salió con agresividad y
en las primeras vueltas pudo adelantar a Nico Rosberg, despeñado muy pronto. No
le dio para más el arranque al asturiano, a rebufo de los más rápidos desde el
comienzo. Un tapón que provocó Jenson Button tras la primer parada,
favoreciendo la escapada de su ex compañero Hamilton, ayudó a que el ferrarista
se acercara a Grosjean y Vettel, pero no tuvo fuerzas su coche para intentar el
zarpazo.
Después, en el carrusel de estrategias cruzadas, las
apariciones de Raikkonen y Webber taparon las aspiraciones de Alonso. Nada pudo
hacer en el tramo final, siempre mirando por el retrovisor al Lotus de
Grosejean, que circulaba sexto. Por arriba, con Hamilton disparado, Vettel
apretó hasta el final a Raikkonen, duro en al defensa.
Para la Fórmula 1 hasta el 25 de agosto (Spa), donde
Ferrari tendrá que empezar a mostrar mejoras urgentes si quiere que su piloto
(-39 puntos que Vettel) aguante el tipo en el tramo final del campeonato.
Fuente
EL MUNDO
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