La Policía atribuye al maquinista homicidio por imprudencia

MADRID.- El conductor del tren que descarriló el pasado miércoles en Santiago de Compostela, Francisco José Garzón, ha sido dado de alta y trasladado a Comisaría, detenido un supuesto delito de homicidio por imprudencia.

Así lo ha dicho el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en una rueda de prensa en la Comisaría de la capital gallega. Según ha manifestado, "hay indicios racionales como para pensar que pueda tener una eventual responsabilidad" en relación con lo ocurrido, aunque es el juez quien debe "determinarla".

El conductor sigue negándose a declarar. El Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela le llamará a declarar antes de mañana, domingo, a las 19.40 horas, cuando se cumple el límite legal de 72 horas para hacerlo.

Fuentes sanitarias han precisado a Efe que el maquinista tiene traumatismo torácico y ha sido visitado en el hospital por su madre, quien también se encuentra enferma. Al conductor se le ha ofrecido en el centro ayuda psicológica, apoyo que ha rechazado.

Investigación

Las labores de investigación se centran en averiguar por qué el tren llegó a la curva de A Grandeira, a cuatro kilómetros de Santiago, con exceso de velocidad. El límite fijado para ese tramo es de sólo 80 kilómetros por hora, pero el Alvia Madrid-Ferrol dobló esa cifra y descarriló a una velocidad de 190 kilómetros por hora.

Fuentes de la investigación consultadas por EL MUNDO barajan la teoría de que Francisco José Garzón hablaba por el teléfono móvil en el momento del accidente, informa Marisa Recuero.

El secretario de organización del sector ferroviario de UGT en Galicia, Ángel Rodríguez, ha detallado que el conductor sufrió golpes en la cabeza, se rompió varias costillas y tiene una fisura que le afecta el pulmón, por lo que fue ingresado en un hospital de Santiago. Asimismo, ha desvelado que no tiene información sobre el número de muertos y heridos.

Sobre él, ha dicho que no era de los que corría, que es "muy sensato". A Rodríguez "cuesta creer que cometiera una imprudencia" por su carácter y porque "tiene experiencia como el que más", habida cuenta de que trabajaba en la línea donde se produjo el accidente desde que comenzó a operar hace año y medio.


El secretario de organización del sector ferroviario de UGT en Galicia conjetura con que el accidente "no es sólo un fallo humano, tuvo que haber algo más".

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