Extasiado por la brisa marina camino a la capital la
noche del viernes cuando regresé al país, escuché un avance de noticia que me
sacó una sonrisa...
“Una ola de calor se abatirá sobre la isla el fin de
semana con temperaturas que podrían llegar hasta a 32 grados. Hay que beber
agua, mucha agua; consumir líquido, mucho líquido...”
Qué coincidencia, pensé... Camino al aeropuerto de
Barajas diez horas antes había escuchado un avance noticioso similar: las
temperaturas subirán sobre los 42 grados en Madrid este fin de semana...
Y en algunas regiones más cálidas el mercurio del
termómetro podía llegar hasta a los 48 grados celsius. ¿Se escuchó bien? ¡A 48 grados celsius...!
Es pleno verano estival en Europa, y por ahí los
veranos son veranos de verdad... con amplitud de implicaciones. Porque ese
calor seco, sin transpiración corpórea, es literalmente para morirse. Y de
hecho se muere muchísima gente cada año.
Aquí las altas temperaturas son un juego de muñecas
si las comparamos con los calores que provocan esos terrales veraniegos
europeos. En algunas regiones de España, por ejemplo, las temperaturas suelen
ser tan altas en horas pico que se puede freír un huevo sobre el capot de un
auto.
Y se establecen centros de emergencias para asistir
a las personas-- en su mayoría envejecientes y embarazadasó, que colapsan por
deshidratación debido a las altas temperaturas.
Este verano, sin embargo, ha sido generoso en toda
Europa, y aunque el mes de agosto que acaba de iniciar es siempre el más
caluroso del año, los pronósticos más auspiciosos hablan de una media de 38
grados en el termómetro de toda la región ibérica.
Si se compara con los últimos años que en agosto las
temperaturas han promediado hasta 40 grados, en términos generales este será un
verano agradable para los españoles que aún en medio de la crisis “clavan
algunos duros” para irse de vacaciones.
Las
fuentes, los hidrantes..
.
Casi todas las plazas públicas de Madrid y de las
ciudades más calurosas de España tienen fuentes iluminadas que sirven al doble
propósito de embellecer y refrescar a los ciudadanos cuando más aprieta el
calor.
Las tomas de agua de los bomberos o hidrantes
públicos, también son aprovechados para atenuar el agobiante calor cuando las
temperaturas pasan de los 40 grados, cosa muy común en esta época del año.
Hasta Shakira se dio un chapuzón una mañana de alta
temperatura en Barcelona, donde reside con su compañero de ocasión, el
futbolista culé Gerard Piqué. Su serpenteante cadera provocó tal alboroto que
tuvo que pagar una multa por el atrevimiento.
Pero en sentido general todos los acuíferos están
siempre disponibles para atenuar un calor a veces insoportable en una ciudad
mediterránea que siempre se va a los extremos: Cuando es calor, es calor de
verdad... Si es frío, se congela hasta el pensamiento.
...Y entonces nosotros
Nuestro verano no es angustioso... La humedad lo
hace muy distinto al calor norteamericano o europeo, que es seco y el cuerpo no
transpira.
La sensación térmica en climas secos es
asfixiante... Y realmente asfixia. Siente uno que el cuerpo está dentro de un
micro-ondas y que da vueltas como pollo con wasakaka.
Estos calores isleños son generosos porque la
transpiración constituye un escape que evita la acumulación de las altas
temperaturas del cuerpo, y aunque el sudor resulta molestoso cuando es
abundante, la salud lo agradece si uno se mantiene bien hidratado.
De regreso a la isla, pues, el calorcito me resulta
agradable... Claro, cuando se le compara con esa temperatura seca de España que
pone a uno como la cabra... ¡Loco y a tirar pal’ monte!
Por
CÉSAR MEDINA
El autor es periodista
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