WASHINGTON.- Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), en 2011 la tasa mundial de vacunación contra el sarampión llegó al
84 por ciento y las muertes a causa de la enfermedad se redujeron en 70 por
ciento desde el año 2000. Ahora que la vacuna contra el sarampión cumple su
quincuagésimo aniversario, los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades (CDC) de Estados Unidos están reconociendo estos logros y
reafirmando su dedicación a lograr un mayor avance contra la enfermedad.
“Mientras el sarampión exista en cualquier parte del
mundo, este virus amenaza otra parte del mundo”, dijo Tom Frieden, director de
los CDC, en un evento realizado el 5 de diciembre. “Hemos visto un número mayor
de casos en los últimos años que llegan [a Estados Unidos desde muchos países”.
Frieden dijo que el desarrollo de la vacuna contra
el sarampión es un logro extraordinario para la ciencia, la medicina y la
ingeniosidad de la humanidad. Los programas exhaustivos y efectivos de los
países del hemisferio occidental han erradicado la enfermedad con eficacia en
la región durante aproximadamente una década. Sin embargo, el sarampión es un
patógeno muy infeccioso y hasta que no se realice en todo lugar una vacunación
concienzuda y regular, la seguridad sanitaria mundial seguirá en riesgo,
sostuvo.
“Los patógenos realmente cruzan las fronteras y es
por ello que necesitamos mejorar nuestro apoyo y asociación con la Organización
Mundial de la Salud y con los países del mundo para encontrar, detener y
prevenir de mejor manera las amenazas a la salud”, señaló Frieden.
Antes de que se introdujera la vacuna contra el
sarampión, cada año morían hasta 2 millones de personas debido a este virus.
Después de pruebas y ensayos exitosos, la vacuna obtuvo una licencia en 1963 en
Estados Unidos, y se comenzó una campaña de vacunación a gran escala.
El doctor Samuel Katz fue uno de los creadores de la
vacuna, junto con el doctor John Enders, ya fallecido. Katz, que asistió al
evento de los CDC, expresó su gratitud por el reconocimiento, pero agregó que
se debe dar gracias a las personas que se aseguran de que la vacuna llegue a
los niños.
“Las personas que están llevando la vacuna contra el
sarampión a Mozambique, Pakistán, Afganistán y Bangladesh” merecen ovación,
aseveró Katz. Katz también manifestó su esperanza, luego de señalar que los
países de bajos ingresos con sistemas de atención médica subdesarrollados
soportan la mayor carga de la enfermedad. “Incluso en estos países es posible
erradicar el sarampión”, sostuvo.
Katz trabaja como profesor y presidente emérito de
pediatría en la escuela de medicina de la Universidad de Duke y es copresidente
de la Red Nacional de Información sobre la Inmunización.
De acuerdo con la OMS, el sarampión fue la causa de
158.000 muertes en todo el mundo en 2011, una cifra menor a las 548.000 que ocurrieron
recién en el año 2000. Sin embargo, cada año más de 20 millones de personas se
ven afectadas por el sarampión, principalmente en los países en vías de
desarrollo.
Peter Strebel, coordinador de inmunización y
vacunación de la OMS, también asistió al evento del 5 de diciembre de los CDC.
Dijo que el éxito de la vacuna ha motivado el objetivo de erradicar el
sarampión y la rubéola en cinco de las seis regiones de la OMS para el 2020.
“Desde el 2001, la Iniciativa de lucha contra el
sarampión y la rubéola ha apoyado actividades de vacunación en 60 países, con
las que se ha llegado a más de 1.000 millones de niños, y ha desarrollado una
red mundial de laboratorios para el diagnóstico y la identificación tanto del
virus del sarampión como de la rubéola”, indicó Strebel.
CDC y la OMS copatrocinan la iniciativa, junto con
la Cruz Roja de Estados Unidos, la Fundación de las Naciones Unidas y UNICEF.
Además de la ocurrencia del sarampión en los países
en vías de desarrollo, recientemente se han presentado algunos brotes en el
mundo desarrollado, suceso agravado por los conceptos erróneos de que la vacuna
puede estar asociada a trastornos en la niñez. Algunos padres rehúsan vacunar a
sus hijos por estos temores y los dejan a merced de infecciones importadas de otros
lados o adquiridas durante viajes a regiones donde la vacunación no es tan
exhaustiva.
La comunidad médica ha estado investigando durante
15 años una asociación entre la vacuna contra el sarampión y la ocurrencia del
autismo, como algunos padres de niños autistas aducen, pero ningún estudio
acreditado ha encontrado relación alguna.
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