EE.UU. busca un mejor 2014 con cambios en NSA, inmigración y las legislativas
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WASHINGTON.- Después de un año difícil, llega a
EE.UU. un 2014 cargado de desafíos: revisión de las prácticas de espionaje,
reforma migratoria, aprobación del techo de la deuda y elecciones legislativas,
una batalla por el poder en el Congreso más dividido de la historia del país.
Buena parte de las incógnitas del nuevo año comenzarán
a despejarse ya en enero, cuando la reforma sanitaria de Barack Obama tendrá su
prueba de fuego con el inicio de las coberturas sanitarias el día 1 para
millones de estadounidenses hasta entonces sin seguro médico.
La confusión sobre el contenido de los nuevos
mercados de seguros, las continuas y a veces contradictorias modificaciones por
parte del Gobierno y los problemas técnicos tienen en vilo tanto a las
aseguradoras como a los ciudadanos, que dudan de que todo pueda estar listo a
principios de año cuando todavía muchos continúan inscribiéndose estos días.
De cómo se materialice la reforma en 2014 y del
número final de inscritos que se logre para el plazo límite del 31 de marzo
dependerá en buena medida que Obama remonte en los sondeos tras la dramática
caída de popularidad experimentada a finales de este año.
También en enero el presidente deberá abordar otro
asunto espinoso que ha perjudicado a la imagen de su administración: el
escándalo de los programas de espionaje masivo a cargo de la NSA (Agencia de
Seguridad Nacional), revelados por el exanalista Edward Snowden.
Obama hará una declaración definitiva nada más
comenzar el año en la que concretará si reforma los programas de recopilación
de datos de la NSA y en qué sentido, tras estudiar las recomendaciones que ha
elaborado en 2013 un comité independiente.
Una vez encaminada la reforma sanitaria, la
legislación más importante de 2014 será, en palabras del propio presidente, la
reforma migratoria, atascada en la Cámara de Representantes, de mayoría
republicana, tras recibir luz verde por una mayoría bipartidista en el Senado.
La reforma migratoria, la promesa estrella de Obama
para la comunidad hispana, se mantiene así en la agenda a pesar de la agresiva
oposición de los republicanos, quienes previsiblemente elevarán el tono de su
discurso ante las inminentes elecciones legislativas de noviembre.
Para estos comicios, que llegan con un Congreso más
polarizado que nunca, los demócratas tratarán de mantener el control del Senado
y los republicanos continuarán dominando en la Cámara de Representantes, donde
la gran pregunta es si el conservador Tea Party avanzará posiciones a costa del
ala más moderada del partido.
Con todos estos frentes abiertos y sin certezas
sobre ninguno de ellos, la Administración Obama confía todo su optimismo a que
2014 sea por fin el año del "salto económico" en el que la nación
deje atrás, después de un lustro, las secuelas de la recesión más profunda en
ocho décadas.
Un hito sí tiene asegurado 2014: una mujer presidirá
por primera vez la Reserva Federal. El 6 de enero el Senado confirmará a Janet
Yellen, que sustituirá a Ben Bernanke desde finales de ese mes.
Poco después, antes de que acabe febrero, el
Congreso debería reproducir el consenso bipartidista que permitió la firma del
presupuesto en 2013 para llegar a un acuerdo sobre el techo de la deuda y
evitar así la suspensión de pagos.
De entre todos los interrogantes que trae consigo
2014, uno captará con toda seguridad el mayor número de flashes: la
exsecretaria de Estado y exprimera dama, Hillary Clinton, se ha comprometido a
anunciar en los próximos doce meses si se presenta a las elecciones a la
presidencia del país en 2016.
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