Obama golpea a Wall Street al prohibir las operaciones de autocartera de los bancos
Categorias:
economia
WASHINGTON.- Por una vez, la banca pierde. En uno de
los cambios regulatorios más importantes desde la crisis de 2008, cinco
agencias de Estados Unidos votarán hoy para limitar de forma drástica las
operaciones de autocartera de los bancos, o sea, las que hacen las entidades
financieras reguladas con sus fondos propios, y no con los de sus clientes. El
objetivo es reducir el riesgo limitando el llamado 'capitalismo de casino', y
dejando así a las instituciones financieras reguladas -los bancos- sin
capacidad legal para hacer operaciones que pueden permitirles ganancias
fabulosas o pérdidas inimaginables.
La Cámara de Comercio de EEUU -la equivalente de la
patronal CEOE en ese país- ya ha anunciado que llevará a los tribunales la
nueva regulación. No obstante, todavía queda un periodo de tregua, dado que,
según 'The New York Times', la Reserva Federal no pondrá en práctica la nueva
regulación hasta julio de 2015.
Según sus críticos, la autocartera es una toma de
riesgos subsidiada por el contribuyente: el banco puede tomar riesgos que
incluso amenacen su supervivencia, pero sabe que, si las cosas van mal, será
rescatado por el Estado, al menos si se trata de una entidad lo suficientemente
grande e interconectada como para que su quiebra amenace el sistema financiero
y el conjunto de la economía. Es, así pues, una forma de eludir las
regulaciones de la actividad bancaria.
La nueva regulación se llama la 'regla de Volcker',
en referencia a su principal defensor, el ex presidente de la Reserva Federal
Paul Volcker, que es el hombre que liquidó la hiperinflación de los años
setenta. Volcker, demócrata, dirigió la 'Fed' entre 1976 y 1986. En ese último
año, cuando no fue renovado en el cargo por el Gobierno de Reagan debido a que
era excesivamente independiente. "Por fin nos hemos librado de ese hijo de
puta", dijo el entonces secretario del Tesoro (y confidente de George Bush
'padre') James Baker, cuando Reagan accedió a sustituir a Volcker. Su sucesor
fue el republicano Alan Greenspan.
Con la nueva regulación, operaciones como la famosa
'ballena de Londres', en la que el directivo de JP Morgan Javier Martín-Artajo
perdió 6.000 millones de dólares (casi 4.400 millones de euros) en la capital
británica, quedan prohibidas. JP Morgan ha sido multado con 1.000 millones de
dólares (más de 729 millones de euros) por la 'ballena', y Martín-Artajo ha
sido procesado en EEUU, que ha solicitado su extradición al Reino Unido.
La 'regla de Volcker', sin embargo, no se aplicará
ni en Europa ni en Asia, en lo que supone una nueva muestra de las divergencias
regulatorias entre los grandes centros financieros del mundo. Así, por ejemplo,
podrá seguir habiendo operaciones con pérdidas igual de monstruosas que la de
la JP Morgan llevadas a cabo por el banco francés Société Générale o el suizo
UBS en París y Londres, respectivamente.
La 'regla de Volcker' es la restricción más dura que
se impone a los bancos de Estados Unidos desde que fue aprobada, en junio de
2010, la 'Ley Dodd-Frank', que establece un nuevo marco regulatorio de Wall
Street. La norma, sin embargo, tendrá 'agujeros' para las instituciones
financieras. Por ejemplo, permitirá que las operaciones en deuda soberana,
siempre que se lleven a cabo por oficinas de los bancos fuera de Estados
Unidos, y por las filiales estadounidenses de bancos extranjeros. También
permite realizar autocartera a través de instituciones financieras no reguladas,
como 'hedge funds' y fondos de 'private equity'.
Eso no impide que la decisión siente como un jarro
de agua fría en Wall Street. Máxime porque establece que los consejeros
delegados de los bancos deberán declarar por escrito que la actuación de las
entidades se ajusta a la regla. Dado que la 'regla de Volcker' ocupa unas 990
páginas de texto, eso supone un riesgo legal muy serio para los directivos.
La 'regla' también establece regulaciones muy
estrictas para las operaciones de cobertura de riesgos de los bancos, en las
que éstos usan instrumentos financieros (normalmente derivados) para cubrirse
en el caso de que sus activos registren pérdidas. En particular, la 'regla' es
problemática para las operaciones de 'market making' de las entidades, en las
que éstas actúan como intermediarias, comprando y vendiendo títulos.
Como el precio suele cambiar entre el tiempo entre
la compra y la venta, los bancos compran otros activos que les permitan ganar
dinero si, por ejemplo, tienen que vender más barato que compraron. El precio
de esos activos se mueve en la dirección contraria a la de los que el banco
está comprando y vendiendo, de modo que las entidades hacen una 'cobertura'
('hedging') del riesgo. Claro que a menudo el banco a menudo se compra esos
mismos derivados a sí mismo, con lo que está apostando, en último término, contra
sus clientes. JP Morgan, por ejemplo, ha argüido sin éxito ante las autoridades
que la 'ballena de Londres' fue una operación destinada a cubrir riesgos del
banco, y no algo especulativo.
Por PABLO PARDO/El Mundo

No hay comentarios.: