Esta semana, la comunidad afectada por el VIH y el
SIDA celebra en todo el mundo los grandes avances, sin precedentes, en la lucha
contra el VIH/SIDA. Definitivamente, el mundo ha convertido la erradicación del
SIDA en una prioridad máxima y hemos podido cumplir con lo que, hace 15 años,
muchos hubiesen considerado imposible.
Pero no olvidemos que para que el sueño
de que esta sea la generación que erradique el SIDA se convierta en realidad,
también debemos erradicar al principal causante de muertes de las personas
infectadas con VIH: la tuberculosis (TB).
La combinación de TB y VIH es mortífera y tiene
consecuencias trágicas. La TB es el principal causante de muerte en las
personas con VIH, responsable de una de cada cuatro muertes relacionadas con el
VIH.
A nivel mundial, un tercio de los 34 millones de personas que viven con
VIH están infectadas con TB, y si no se controla ni se trata, la TB puede
resultar mortal para una persona con VIH/SIDA en apenas unas semanas. Asimismo,
el incremento alarmante de TB multirresistente (MDR-TB) amenaza con revertir
los avances conseguidos contra el VIH/SIDA, a pesar de nuestros esfuerzos por
lograr las Metas de Desarrollo del Milenio relacionadas con la TB para el año
2015.
Los desafíos públicos y sanitarios de urgencia, como
en este caso, requieren de nuestra atención colectiva e inmediata. Hoy, el
Fondo Mundial se encuentra en su segundo y último día de la cuarta Conferencia
de Renovación en Washington D.C. Esta reunión, organizada por el gobierno de
Estados Unidos, es una oportunidad decisiva para que los países donadores
incrementen sus compromisos a lo largo de los próximos tres años para brindar
esperanza y ofrecer tratamiento contra el VIH, la TB y la malaria en algunas de
las poblaciones más marginadas y con el mayor número de infectados.
En sus declaraciones de ayer en el Simposio de
Socios del Fondo Mundial, el secretario Kerry les recordó a los líderes
mundiales que la meta de eliminar las muertes por TB en nuestros días se puede
lograr si nos comprometemos y permanecemos perseverantes – “La TB es curable y
no se equivoquen: con el esfuerzo correcto, el enfoque adecuado y la energía
precisa, podremos eliminarla”.
Las audaces medidas de compromiso de la comunidad
mundial fortalecerán, de hecho, nuestra lucha contra la TB y les darán a los
países las herramientas, particularmente productos que salven vidas, para
reducir la propagación de la TB, curar a las personas que sufren de TB y
prevenir un mayor desarrollo de la tuberculosis multirresistente (MDR-TB).
Necesitamos nuevos medicamentos y herramientas que sean seguras y efectivas
para las personas que padecen de TB, MDR-TB, y para quienes estén infectados
con ambas enfermedades, TB y VIH. El gobierno de Estados Unidos ha trabajado en
conjunto con otras agencias en la introducción e implementación del nuevo
diagnóstico Xpert.
El análisis mediante Xpert MTB/RIF puede detectar la TB con
mayor precisión que los métodos actuales, en particular, entre las personas que
están infectadas con ambas, TB/VIH, y puede que sea en un reemplazo confiable
para la detección de MDR-TB. La USAID está también trabajando con socios
colaboradores para mejorar el régimen de tratamiento de MDR-TB, actualmente
tóxico y prolongado, como también la disponibilidad y el precio de los
medicamentos de segunda línea existentes. Lo que es más importante, la USAID y
otros organismos están trabajando de forma conjunta para prevenir la
propagación de la TB dentro de las comunidades y para mejorar el acceso a un
tratamiento curativo para las poblaciones más pobres y vulnerables.
En simples palabras, tenemos una oportunidad
histórica de cambiar el curso de un antiguo causante de muertes que ha afectado
a la raza humana durante generaciones. Mediante la unión de la comunidad
mundial con recursos y apoyo para lograr el desafío, la meta de eliminar las
muertes por TB en nuestros tiempos está a nuestro alcance.
Por CHERI VINCENT
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