República Dominicana: 'Ley de naturalización especial resolverá casos críticos'
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NUEVA YORK.- "Les presento al próximo presidente de la
República Dominicana", dice Elías, asistente de prensa del actual ministro
de Turismo de Quisqueya, Francisco Javier García, que la semana pasada visitó
Nueva York en el marco del lanzamiento de su campaña para las elecciones de
2016.
El clima en el hotel Palace —uno de los más lujosos
de Manhattan, en donde García se hospedó— era ciertamente preelectoral: entre
quince y veinte representantes de la comunidad dominicana local rodeaban con
entusiasmo al ministro, que departía animadamente con ellos como si este ya
fuera el candidato.
García proyecta sin duda una imagen presidencial:
perfectamente trajeado, calmo y medido al hablar, tiene la estampa de un estadista
o un hombre de negocios internacional, imagen bien distinta de la campechana de
Danilo Medina o Leonel Fernández, los dos últimos presidentes y líderes de su
agrupación, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Pero su charla con
EDLP giró en torno de otro tema: la polémica sobre la ciudadanía de dominicanos
de ascendencia haitiana.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR) acaba de reclamar a la República Dominicana que
"restituya automáticamente la nacionalidad de todos los individuos
afectados" por la reciente decisión del Tribunal Constitucional.
¿Cuál es
la respuesta de su gobierno?
Cuando en un país hay una decisión de un tribunal
competente, los gobiernos no tienen más remedio que acatarla. Esta sentencia no
tiene el mote específico contra ninguna nacionalidad.
En la República Dominicana la mayoría de inmigrantes
son de nacionalidad haitiana, porque hacemos frontera con Haití. Al haber un
país en vías de desarrollo y otro muy pobre como Haití, la frontera ha estado
bastante descuidada. Hay, pues, dos tipos de discusión. Una es si la sentencia
tiene fallas o no, y otra es su aplicación.
Lo que ha hecho nuestro gobierno, independientemente
de que pueda considerarse de si la sentencia tiene o no su falla, es aplicarla
de manera tal que ninguna de las personas envueltas vea afectados sus derechos
humanos o sus derechos adquiridos, ya sea por haber nacido en República
Dominicana o por haber vivido en el país 15, 20 o 30 años.
Pero ahí tenemos el caso emblemático de Juliana
Deguis Pierre.
¿Cuál es la posición de su
gobierno en este caso?
No existe en el mundo una sentencia de ningún
tribunal que no merezca algún tipo de crítica. Lo que sucede es que la
discusión no ha ido por atacar algunos elementos de la sentencia, sino por
atacar a la República Dominicana como si fuéramos un país racista o
antihaitiano.
¿Somos nosotros un país racista?
Imposible, porque
si fuéramos un país racista, seríamos un país antidominicano, y nadie puede ser
anti-él-mismo. Somos un país anti-racista porque la mayor parte de nuestra
población es de color, y el 'colorcito' que se le ve a algunos dominicanos que
parecemos blancos muestra que alguna mezcla mulata o morena tenemos. Tampoco
somos antihaitianos. No hay en el mundo un país que haya sido más solidario con
Haití que la República Dominicana, como quedó demostrado durante el terremoto;
ningún otro ha dado tanto a Haití después de este desastre.
En el caso de la señora Deguis Pierre, que ha nacido
en el país y que nunca ha vivido en otro sitio, desde luego que le corresponde
la nacionalidad dominicana. Para resolver ese caso y otros similares, el
gobierno está sometiendo una ley de naturalización especial. Lo que el
presidente no puede hacer es coger la sentencia del Tribunal Constitucional,
devolvérsela y decirles: "Yo quiero que me excluyan de esta sentencia este
caso o este otro".
¿De cuántos casos estamos hablando? ¿200,000,
250,000 personas?
No tengo el dato exacto, pero el gobierno quiere que
esto se desarrolle con normalidad. El problema es que nos vemos en medio de una
campaña internacional contra la República Dominicana. Miembros del CARICOM
(Comunidad del Caribe) se han expresado de manera desconsiderada contra nuestro
país. Pero si un haitiano pisa el suelo de un miembro del CARICOM, no dura ni
24 horas allí. Los países a la vanguardia de la condena pública del nuestro son
los mismos que no dieron ni un duro cuando el terremoto de Haití.
¿Qué razones puede tener una campaña contra la
República Dominicana?
La posición del CARICOM contra la Republica
Dominicana no se compadece con las relaciones que la República Dominicana ha
mantenido siempre con el CARICOM y con Haití. Nosotros nunca nos hemos
inmiscuido en la política migratoria de otro país. Estados Unidos vive en constante
conflicto con México por cuestiones migratorias, y ningún país ha fijado una
posición condenando a ninguna de las dos partes.
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