RIO DE JANEIRO.- La presidenta brasileña, Dilma
Rousseff, afirmó hoy que Brasil está preparado para el momento en que el
gobierno de EEUU comience a reducir los estímulos económicos con que se
enfrentó a la crisis internacional y que elevaron la liquidez en todo el mundo,
incluyendo los países emergentes.
"El gobierno está preparado para los cambios en
la política monetaria expansionista de Estados Unidos, para cuando el FED
(Reserva Federal estadounidense) comience a reducir el valor inyectado en el
mercado", dijo la jefe de Estado en una entrevista a un grupo de emisoras.
La mandataria aseguró que el Gobierno está atento a
lo que ocurre en el mundo y que es consciente de que la economía estadounidense
está en fase de recuperación, por lo que no descarta que los estímulos
comiencen a ser desmontados a corto plazo.
"Vamos a afrontar este momento de dificultad
con tranquilidad. No hay nada que Brasil no pueda afrontar", afirmó la
mandataria al admitir que la eliminación de los estímulos puede provocar una
fuga de inversiones y de dólares desde los mercados emergentes hacia Estados
Unidos.
Una de las principales preocupaciones del Gobierno
brasileño es que se produzca una volatilidad cambiaria tras la confirmación de
un cambio en la política monetaria estadounidense.
Rousseff se refirió a la posibilidad del desmonte
del programa de estímulo a pocas horas de que el Comité de Mercado Abierto de
la Reserva Federal, que dirige la política monetaria de Estados Unidos,
concluya su última reunión del año, en la que analiza la continuidad de la
política expansionista.
El FED debe anunciar hoy su decisión sobre la
continuidad de la política que puso en marcha en diciembre de 2008, en medio de
la recesión más profunda y prolongada en EE.UU. en casi ocho décadas.
Desde entonces mantiene la tasa de interés de
referencia por debajo del 0,25 % anual y el año pasado inició un programa de
adquisición de títulos por unos 85.000 millones de dólares mensuales, que
garantizan la liquidez en todo el mundo.
Los últimos indicadores, sin embargo, indican que la
mayor economía del mundo ya no depende tanto de esos estímulos, por lo que los
mercados internacionales ya prevén un cambio en la política, lo que se ha
traducido en caídas generalizadas.
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