El Estado del Vaticano rindió el viernes cuentas
ante el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño de su gestión del
escándalo de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes católicos.
El arzobispo Silvano Tomasi, representante del
Vaticano en Ginebra, explicó a ese Comité que la Iglesia Católica es partidaria
de la transparencia y de investigar las denuncias de abusos.
Afirmó que esos comportamientos no tienen
justificación, constituyen un delito y tienen que ser perseguidos por los
países donde se cometieron.
Explicó que el Papa Francisco ha anunciado que se
creará una comisión para la protección de menores y prevenir el abuso sexual de
niños.
“La Santa Sede acogerá con beneplácito las
propuestas del Comité que puedan ayudar a promover y respetar los derechos de
los menores y garantizar la implementación de la Convención sobre los Derechos
de los Niños y sus protocolos”, indicó Tomasi.
El Estado del Vaticano ratificó en 1990 esa Convención.
Tomasi consideró que los procesos de investigación
por parte del Vaticano no excluyen que los Estados emprendan acciones contra
esos crímenes.
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