Papa confiesa en público pecados; arrodilló ante penitenciario y enumeró sus faltas y ofensas
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CIUDAD DEL VATICANO (28 Marzo 2014).- Los Papas siempre se han confesado por sus pecados,
pero siempre en privado, lejos de las miradas indiscretas de los fieles.
Francisco ha roto este viernes esa tradición, al convertirse en el primer
Pontífice en la Historia que se muestra en público de rodillas ante un
confesionario, como cualquier hijo de vecino, recibiendo el sacramento a través
del cual son perdonados los pecados.
Fue durante la primera jornada del perdón, una
propuesta anunciada el pasado domingo por el propio Francisco durante el
Angelus y, según la cual, desde las 17.00 horas del viernes y durante 24 horas
las iglesias de varias diócesis de todo el mundo permanecerán abiertas para que
todos aquellos que así lo deseen puedan confesarse. Y, por supuesto, la
Basílica de San Pedro se sumó a esa iniciativa, habilitando numerosos
confesionarios para poder administrar ese sacramento.
Francisco, como muchas veces han hecho otros Papas,
decidió confesar él mismo a algunos fieles. Pero antes de hacerlo y de entrar
en el lugar del confesionario reservado al sacerdote, se arrodilló donde lo
hacen los pecadores y ante un penitenciario enumeró sus faltas y ofensas. Nunca
se había visto a un Pontífice así, recibiendo (en lugar de administrando) el
sacramento de la confesión.
Desde su elección como Papa hace ahora un año,
Bergoglio siempre ha insistido en que Dios es un ser misericordioso que siempre
perdona a los que cometen pecados, presentándose en todo momento él mismo como
un pecador y pidiendo a la gente que rece por él. "El rostro de Dios es el
de un padre misericordioso que siempre tiene paciencia. ¿Habéis pensado en la
paciencia que Dios tiene con cada uno de nosotros? Nos comprende, nos espera,
no se cansa de perdonarnos", detalló en su primer Angelus después de ser
elegido Papa. Y este viernes llevó ese discurso a la práctica, al mostrarse
públicamente en el acto de pedir perdón, de confesarse.
"¿Quién entre nosotros puede presumir de no ser
un pecador"?, preguntó en voz alta el Papa durante la celebración
litúrgica que celebró en la Basílica de San Pedro con ocasión de la 'jornada
del perdón'. "Si decimos que estamos sin pecado, nos engañamos a nosotros
mismos y la verdad no está en nosotros", destacó citando las palabras del
apóstol San Juan.
En su sermón, Francisco habló de los efectos
benéficos de la confesión, de los comportamientos que desencadena ese
sacramento destacando que lleva "a hablar siempre con la verdad y a evitar
toda mentira, a no robar, a compartir con los otros, especialmente con quien
está necesitado; a no ceder a la ira, al rencor y a la venganza, a ser
benevolentes, magnánimos y dispuestos al perdón, a no caer en las maledicencias
que acaban con la buena fama de las personas y a mirar, sobre todo, el lado
positivo de cada uno".
Por
IREHE HERNÁNDEZ VELASCO/El Mundo
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