MÓNACO (25 Mayo 2014).- No dejó asomar una sola duda
Nico Rosberg en su viaje por las calles de Montecarlo. Su Montecarlo. Dueño de
principio a fin de un gran premio que se conoce de memoria, como ha demostrado
en los dos últimos años. 156 vueltas cabalgando sin oposición ante la gente que
le ha visto crecer. Y eso que su compañero Lewis Hamilton, al que aún le debe
durar el enfado por la extraña 'pole' de Nico, no le dio un instante de
respiro. Él aguantó hasta el final para recuperar el mando del Mundial y
derrotar por primera vez en pista a su socio esta temporada, rompiendo la
colosal racha del británico de cuatro triunfos consecutivos. Lejos de esa
batalla estuvo Fernando Alonso, que llegó a suspirar por el podio durante
algunas vueltas, en las que no perdió de vista a Ricciardo, pero no tuvo más
remedio que acostarse de nuevo, como en Australia y Malasia, en el cuarto
lugar.
Porque la única sorpresa en la salida fue Kimi
Raikkonen. El finlandés arrancó como un obús, convirtiendo el flanco izquierdo
en una pasarela hacia el podio. El finlandés aprovechó la falta de espacio de
Fernando Alonso, bloqueado por Daniel Ricciardo y encajonado por el Red Bull de
Vettel, para asaltar la cuarta plaza. Mientras el asturiano convivía con una
incómoda situación, sexto, perdiendo parte del terreno conquistado el sábado.
Fue un inicio extraño para Alonso, acostumbrado a sacar pecho en las salidas.
Segundo
abandono de Vettel
Aunque esa situación, pese al estrés inicial, no
duró demasiado. Primero porque Sebastian Vettel, en otro episodio más de un
oscuro inicio de temporada, tuvo que echar pie a tierra por unos problemas
eléctricos en su Red Bull. Su paso por boxes en la octava vuelta no logró
enderezar el rumbo de su bólido, que zozobró hasta el hundimiento final,
confirmando su segundo abandono en seis carreras -en Australia no pudo terminar
por problemas eléctricos-. Su peor inicio de curso desde que luce la corona de
campeón del mundo.
Y unas vueltas más tarde, tras la irrupción del
coche de seguridad por un accidente de Adrian Sutil en la 26, por un inesperado
toque de su compañero Raikkonen, deslumbrante en las primeras vueltas, con el
doblado Marussia de Max Chilton. Un zarpazo que obligó al finlandés a volver a
visitar el garaje y puso fin a sus opciones de estrenarse en el podio con
Ferrari en su segunda etapa en rojo. Incluso terminaría abandonando finalmente
la carrera.
Ricciardo,
la mejor baza de Red Bull
Ése fue el último golpe de suerte para el asturiano,
que vivió el resto de la carrera pendiente de la destreza de Daniel Ricciardo.
Aguardando un error del australiano, convertido en la mejor baza de Red Bull
por derecho propio, que nunca llegó. Suspiró por unas gotas que cambiasen el
panorama y rompiesen la dinámica monótona de Montecarlo. Pero nada ocurrió.
Alonso tuvo que conformarse con la cuarta plaza, de nuevo a las puertas del
podio por tercera vez este curso. A un paso de sus podio favorito, que ya ha
visitado en cuatro ocasiones. La última, en 2012 -3º-.
Desde ese cuarto lugar vio cómo los Mercedes, que
viven en un mundo aparte, jugueteaban al frente de la carrera como lo han hecho
durante todo el año. Con Rosberg mostrando señales de debilidad por radio que
nunca fueron reales. Con Hamilton apretando a su compañero para calmar el
apetito generado por la extraña 'pole' del alemán del día anterior. Sólo un
pequeño problema en un ojo le privó de seguir apretando a Nico. Dos flechas
plateadas luchando de tú a tú, como ha ocurrido en cinco de las seis carreras
del Mundial -en Australia, Hamilton se retiró por problemas mecánicos-. La
única novedad es que en esta ocasión, la gloria fue para Nico Rosberg. El
alemán de Montecarlo, que repite triunfo en casa, rompe la racha de cuatro
triunfos seguidos de su socio y recupera el mando del campeonato. Más
temperatura para esa batalla feroz por un título que pinta en intenso color
plata.
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