BERLÍN (22 Mayo 2014).- La canciller alemana, Angela
Merkel, ya ha dejado claro que esta será su última legislatura, pero nadie se
la imagina disfrutando de una apacible jubilación y en su partido, la CDU, se
rumorea desde hace meses que después de la Cancillería de Berlín buscará
despacho en una organización internacional relevante. El semanario 'Focus' le
ha puesto nombre ahora a esa organización y asegura que Merkel quiere dirigir
sus pasos hacia la ONU.
Según informa la revista alemana, Merkel ya ha
comenzado discretamente a postularse para el puesto de secretaria general de la
ONU y está dispuesta a dar la batalla por el nombramiento en el verano de 2016.
El calendario coincide, Ban Ki-moon dejará vacante la silla en enero de 2017,
lo que le permitiría a la líder de la Unión Cristiano Demócrata alemana dejar
su sucesión en el partido al menos encarrilada y llegar hasta el final de la
legislatura, como prometió en campaña cuando surgieron voces que advertían que
en apenas dos años estaría ya ocupando cargos internacionales.
El diario 'Luxemburger Wort' ha publicado también
esta tesis citando fuentes del Gobierno alemán, aunque en la Cancillería de
Berlín se niegan a confirmar tal extremo. "Carece de fundamento", ha
dicho el portavoz de gobierno Steffen Seibert.
Ban Ki-moon, que ha pasado ya dos veces por la
elección, no puede volver a presentarse y eso dejaría teóricamente abierta la
puerta a la canciller alemana puesto que, tras un sudamericano, dos africanos y
un asiático resultará muy lógica una candidatura europea.
"La canciller es joven, en julio cumplirá 60
años y se encuentra en un momento estupendo. Cuesta creer que se vaya a
despedir de la política sin más o que vaya a pasar al sector privado, como su
antecesor Schröder, pero de ahí a que esté ya moviendo los hilos para irse a la
ONU... Seguramente si lo estuviese haciendo no permitiría que se filtrase tan
pronto", señalan fuentes de la CDU que reconocen que ciertas actitudes de
la canciller alemana en la crisis de Ucrania, leídas en esta clave, resultan
más comprensibles.
Por
ROSALÍA SÁNCHEZ/El Mundo
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