BEIRUT (15 Junio 2014).- La guerra de Siria ha
modificado una vez más la tétrica escenografía del masivo cementerio de Nayaf.
Los nuevos "inquilinos" del camposanto pertenecen a milicias
proiraníes como Asaib ahl Haq o Kataib Hizbulá. Obedecieron las órdenes de sus
mentores en Teherán y murieron combatiendo al lado del régimen de Bashar Asad.
Ahora, sus correligionarios están regresando de
forma apresurada a Irak para luchar ahora contra la insurrección suní, en un
nuevo gesto que sumado a la posible presencia de tropas iraníes en la nación
árabe, confirma que la presente crisis que enfrenta Bagdad puede reforzar a la
postre la notable influencia que Teherán ya tiene sobre el vecino país.
El presidente iraní, Hasan Rohani, negó ayer que su
país haya enviado soldados a Irak aunque reconoció que Teherán "está
dispuesto a ayudar a un país amigo". Irán nunca suele reconocer su
implicación personal en conflictos ajenos como ya pasó en Siria, donde siempre
negó de forma oficial la participación de asesores y militares pese a que
algunos de sus propios generales lo admitieran en público.
"Nunca hemos enviado tropas a otro país",
indicó Rohani olvidando que la creación de Hizbulá en 1982 fue dirigida
personalmente por un amplio contingente de Guardias de la Revolución en Baalbek
(Líbano).
Pero el jefe nominal del Estado iraní, el líder es
el ayatolá Jamenei, sí dejó claro que el ejército iraní tiene órdenes de
responder de forma inmediata a cualquier amenaza aunque sea hipotética
proveniente de Irak. "Si un grupo terrorista se aproxima a nuestra
frontera, nos enfrentaremos a él sin dudarlo", puntualizó.
Fuentes norteamericanas e iraquíes indicaron a
medios como The Wall Street Journal, la CNN o la BBC que Irán ha enviado a Irak
a varios cientos de uniformados de los Guardias de la Revolución y que el
máximo jefe de sus unidades de élite, el general Qassem Suleimani, uno de los
personajes claves también de la estrategia militar que ha seguido el régimen de
Siria, se encuentra en Bagdad.
Confluencia
de intereses
Al mismo tiempo y en una irónica confluencia de
intereses, pese a la disparidades políticas, la presente situación podría dar
lugar a un ataque simultáneo de fuerzas proiraníes y estadounidenses contra el
Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS).
Rohani ya hizo un amago verbal al respecto y dijo
que Teherán podrían plantearse "colaborar" con Washington si Barak
Obama se decide a ayudar al Bagdad. La administración norteamericana ha enviado
el portaviones George H.W. Bush al Golfo Pérsico, por si se requieren
"opciones militares", en la terminología utilizada por el
representante del Pentágono, John Kirby.
Irán ni siquiera necesita implicar gran número de
tropas en el territorio iraquí. Desde hace años Teherán apadrina toda una
nebulosa de milicias como las citadas Asaib ahl Haq, Kataib Hizbulá, Kataib
Sayyid al-Shuhada o las Brigadas Badr, que casi actúan como unidades afiliadas
a su propio ejército.
De hecho, las Brigadas Badr, el brazo armado del
Consejo Islámico Supremo que dirige Ammar al Hakim, llegaron a formar parte
estructural de las fuerzas armadas de Teherán en el pasado e incluso lucharon
contra Irak durante la guerra que enfrentó a ambos países.
Precisamente Hakim -vestido de uniforme- se presentó
durante la jornada en un campo de entrenamiento para voluntarios y prometió que
"Irak será el cementerio para los terroristas".
Patrullas
en la capital
Medios iraquíes informaron durante la jornada de la
salida desde Bagdad de interminables convoyes de paramilitares en dirección al
frente de batalla sito al norte del territorio nacional. Otros indicaron que
miembros de Asaib ahl Haq desfilaron por las calles de Kerrada, un céntrico
barrio de Bagdad.
Las televisiones locales también aseguraron que las
milicias han reaparecido abiertamente en la capital, que patrullan a la usanza
de lo que ocurrió en Irak entre 2005 y 2009.
Los medios oficiales iraquíes dicen que hay decenas
de miles de voluntarios que intentan alistarse tanto en el ejército como en las
diferentes milicias chiíes. La agencia Alliraqnews dijo que sólo en la
provincia de Nayaf se habían registrado ya 8.000 personas. Un portavoz de la
alcaldía de Teherán citado por la agencia Fars señaló que desde el viernes más
de 4.200 iraníes también se han presentado como voluntarios para ir a combatir
a Irak.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ya ha
recurrido a los paramilitares para pelear en la región de Anbar, donde los
insurgentes suníes controlan la ciudad de Faluya desde principios de año.
Maliki, cada día más dependiente de la asistencia de Teherán, anunció el
viernes la contraofensiva que aseguró van a lanzar los que llamó
"voluntarios". "Es el principio de del fin" para los
alzados, añadió desde Samarra.
Alianzas
incomprensibles
La implicación de Irán y la reciente alocución del
ayatolá Ali Sistani tan sólo han contribuido a exacerbar la psicosis
confesional entre la minoría suní. Una dinámica que explica situaciones tan
incomprensibles como la alianza de facto del ISIS y de otras muchas facciones
insurgentes a las que los radicales -en situaciones normales- combatirían al
considerarlos infieles. Es el caso de los sufíes del llamado Ejército
Naqshbandhi, vinculado al ex vicepresidente de Irak, Izzat Ibrahim al-Duri,
constituido en su mayoría por antiguos militantes del partido Baaz.
Pese a que Sistani insistió que su llamamiento a
defender Irak y luchar contra el ISIS no pretende ser sectario, lo cierto es
que la espiral sectaria -como ocurrió en 2005- ya es imparable. En este
sentido, la influyente Unión de Clérigos Musulmanes que dirige Yusef al
Qaradawi, uno de los religiosos suníes más influyentes del espectro mundial,
criticó las palabras de Sistani y aseguró que provocarán "una devastadora
guerra sectaria".
Bagdad asegura que sus soldados y los milicianos que
les apoyan han conseguido frenar ya la acometida de los insurrectos y están
revirtiendo el sentido de la guerra, expulsando a los rebeldes de varias
localidades al norte de la capital. "Nuestras fuerzas de seguridad han
recuperado la iniciativa en los últimos tres días. No pararemos hasta liberar
Mosul y otras regiones", precisó el general Qassim al Musawi, un portavoz
de las fuerzas armadas.
Por
JAVIER ESPINOSA/El Mundo
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