BOGOTÁ (1 Julio 2014).- A las seis de la mañana de
este martes, los siete taxistas detenidos por haber participado en el crimen
que acabó con la vida del agente de la DEA James Terry Watson —asesinado el 21
de junio de 2013 cuando intentaba escapar de un paseo millonario— salieron de
la cárcel La Picota de Bogotá rumbo a Estados Unidos.
Miembros de la Dijín los
entregaron a las autoridades norteamericanas para que respondan ante una corte
de Virginia por los delitos de asesinato de persona con protección
internacional, asesinato de un funcionario de los Estados Unidos, concierto
para secuestrar y secuestro. Según uno de los defensores de los taxistas,
Miguel Ángel Ramírez, podrían ser condenados a 70 años de cárcel, como máximo.
“Estaríamos hablando de 45 años de prisión, pero un
juez federal puede condenarlos hasta 70 años. No se estaría hablando de pena de
muerte o de cadena perpetua, pero es claro que morirían en la cárcel”, señaló
el abogado en diálogo con Blu Radio.
Precisamente, la bancada de la defensa ya
había interpuesto una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, aceptada desde el pasado 3 de junio por ese tribunal para ser
estudiada, con el objetivo de evitar que la extradición se concretara. Aun así,
hace cuatro días la Fiscalía anunció que el traslado estaba listo, luego de que
la Presidencia entregara las siete resoluciones oficiales que avalaban la
medida contra Edwin Figueroa, Wilson Peralta, Ómar Valdés, Andrés Oviedo,
Héctor López, Julio Gracia y Édgar Bello Murillo, alias Payaso.
De hecho, fue Payaso quien antes de montarse al
avión decidió proclamar que era el único responsable del asesinato de Watson y
que sus otros seis compañeros de extradición eran inocentes. “Hay personas que
están aquí porque lavaron un carro y ni siquiera sabían lo que se hacía de
noche con los carros. Esos no deberían ser extraditados. Lo que cometieron con
Wilson Peralta es algo muy triste para mí porque era una persona que sólo
trabajaba en el carro durante el día”, le dijo a Blu Radio. Y luego le pidió
perdón al país: “A Colombia les pido perdón por haberlos dejado tan mal, no
quería cometer este crimen. Pienso que si Colombia fuera un país en donde en
verdad hubiera justicia, estaríamos condenados aquí”.
Aun así, desde abril la Corte Suprema de Justicia
consideró que la solicitud hecha por Estados Unidos debía otorgarse, ya que
James Terry Watson tenía la calidad de “persona internacionalmente protegida”,
al ser miembro del cuerpo diplomático estadounidense, y esta condición permite
que las autoridades norteamericanas puedan procesar bajo sus leyes a los
responsables de un crimen, incluso cuando los delitos se cometieron en
Colombia.
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