NUEVA YORK (10 Septiembre 2014).- Una biopsia que no
estaba planificada es el indicio más reciente que ha trascendido sobre la
repentina muerte de la mordaz comentarista, Joan Rivers.
Según el NY Daily Mail, el 28 de agosto Rivers llegó
con un grupo de acompañantes a la clínica Yorkville Endoscopy, donde le
realizarían una endoscopía.
Durante el procedimiento un médico de la clínica se
dio cuenta que la comediante tenía algo que no era normal en las cuerdas
vocales.
Ante dicho hallazgo el doctor que acompañaba a
Rivers pidió permiso al equipo de la clínica para hacerle una biopsia.
Según reportes la comediante había firmado para que
solo le hicieran la endoscopía.
Médicos expertos que consultó el diario aseguró que
la biopsia es un procedimiento que debió hacerse exclusivamente en un hospital.
Mientras el doctor, que se identificó como
especialista en nariz, oídos y garganta, un otorrinolaringólogo, le realizaba
la biopsia a Rivers en las cuerdas vocales provocó que éstas empezaran a
inflamarse al punto de que impidieron el paso de aire. La comediante estaba
bajo anestesia general.
Un grupo de paramédicos rápidamente se presentaron
en la clínica, que se dedica únicamente a problemas digestivos, y la
transportaron al hospital Mount Sinai, donde le indujeron una coma.
Rivers no se recuperó y murió el 4 de septiembre.
El Departamento de Salud está investigando el
incidente.
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