WASHINGTON (10 Septiembre 2014).- Barack Obama
preparará este miércoles a sus compatriotas para una prolongada batalla contra
el Estado Islámico (EI), a pesar de haber dedicado gran parte de su presidencia
a evitar embarcarse en nuevos conflictos en Oriente Medio.
Obligado por el repentino crecimiento del grupo
radical en Siria e Irak, el jefe de Estado se dirigirá al país para intentar
demostrar que una coalición internacional puede y debe derrotar al EI, al que
presentará como una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Pero al mismo
tiempo evitará incurrir en lo que cree que han sido graves errores de la
política exterior de la última década, e insistirá en que no enviará tropas
convencionales a Irak para luchar contra el grupo extremista, que ha decapitado
a dos periodistas estadounidenses en las últimas semanas.
El discurso tampoco comprenderá un cronograma
definitivo de las operaciones. Varios altos funcionarios han señalado que la
nueva batalla puede extenderse más allá de la presidencia de Obama, que
concluye en enero de 2017.
"Yo creo que los estadounidenses necesitan saber
que (...) no será una operación de corto plazo", dijo el portavoz de la
Casa Blanca Josh Earnest.
"Puede que esto lleve un año, pueden ser dos,
pueden ser tres", reconoció durante la última cumbre de la OTAN el
secretario de Estado John Kerry. El discurso se producirá en una fecha
simbólica, la víspera del 13 aniversario de los atentados del 11 de septiembre
de 2001, el primer ataque de envergadura sufrido por Estados Unidos en su
propio territorio de parte de extremistas islámicos, que desató a su vez una
ofensiva "antiterrorista" de parte de Washington.
Cautelosa esperanza
Asesores de la Casa Blanca dicen que la intervención
presidencial estará centrada en marcar una cautelosa esperanza sobre las
perspectivas del nuevo gobierno de unidad en Irak, visto como más inclusivo que
el que conducía el ex primer ministro Nuri al Maliki, acusado de fomentar el
sectarismo y facilitar el surgimiento del Estado Islámico.
El presidente informó a altos dirigentes del
Congreso de su plan el martes y un asistente del congresista republicano John
Boehner dijo que el jefe de Estado podría anunciar el envío de tropas a Irak
con una misión estrictamente limitada a entrenar a los soldados iraquíes y a
ordenar ataques aéreos contra las fuerzas del EI.
Boehner apoyaría ese plan, dijo su vocero, pero en
la Casa Blanca no se formuló ningún comentario acerca de si Obama estaba
considerando la idea, después que abortara un intento de mantener un pequeño
contingente de soldados en Irak tras un desacuerdo con Maliki.
Ayudar a los rebeldes sirios moderados
Obama, que pretendía presentar el fin de las guerras
en Afganistán e Irak como una pieza central de su legado, está por otro lado
sometido a una intensa presión para que respalde militarmente a los rebeldes
moderados del Ejército Libre Sirio.Washington pretende que el presidente Bashar
al Asad, a quien considera como un criminal de guerra, no se beneficie de
eventuales vacíos de poder que pudieran sobrevenir en Siria en caso de que las
acciones estadounidenses debiliten al EI.
Un alto funcionario dijo a la AFP que Obama comunicó
a los líderes republicanos y demócratas de la Cámara de Representantes y el
Senado que necesitaba que se votara un reforzamiento de la ayuda a los rebeldes
sirios moderados. En un contexto de temor de que combatientes yihadistas
munidos de pasaportes occidentales puedan golpear objetivos en el propio
Estados Unidos, el presidente comenzó a tejer una coalición internacional
contra el EI en la Cumbre de la OTAN, la semana pasada.
El discurso del miércoles significará para Obama una
oportunidad de retomar credibilidad luego de haberla perdido un poco hace dos
semanas, cuando admitió que no disponía aún de una estrategia para actuar en
Siria. El secretario de Defensa, Chuck Hagel, estuvo en Medio Oriente, y el secretario
de Estado Kerry llega a la región el miércoles para acelerar los esfuerzos de
Washington en esa dirección.
Mientras tanto, la opinión pública en Estados Unidos
parece estar cambiando en favor de una intervención limitada en Siria. Según un
sondeo realizado por el diario The Washington Post y ABC News, más de dos
tercios de los estadounidenses, 71%, apoya los ataques contra el EI, respecto
al 54% de hace tres semanas y al 45% en el mes de julio. Según los diarios New
York Times y Washington Post, el presidente autorizaría bombardeos en Siria.
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