El mundo está bailando en La Habana; Alicia Alonso recibió merecido homenaje en el teatro Karl Marx
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LA HABANA (29 Octubre 2014).- El 24 Festival
Internacional de Ballet en La Habana comenzó el martes en la noche en el
Teatro Karl Marx. La gala inaugural consistió en la presentación de Shakespeare
y sus Máscaras, como parte del homenaje que dedica el evento a los 450 años del
natalicio del escritor inglés, considerado como el dramaturgo que más
interpretaciones coreográficas ha tenido.
La obra, que recrea la historia de Romeo y Julieta,
siguiendo un libreto de José Ramón Noiray, contó con figuras de alto nivel como
los primeros bailarines Dani Hernández, Anette Delgado y los bailarines
principales Arián Molina, Víctor Estévez y Leandro Pérez, entre otros.
Un momento significativo fue cuando, al concluir la
presentación de los bailarines y en medio de los abrazos de simpatía del
público, apareció en el escenario Alicia Alonso, de 92 años, asistida por dos
jóvenes que la sostenían por los brazos.
Como en toda presentación oficial de un evento de
esta naturaleza, se encontraban presentes figuras políticas y culturales, como
el primer vicepresidente Miguel Díaz Canel-Bermúdez y el presidente de la Unión
de Escritores y Artistas de Cuba, Miguel Barnet.
Uno de los grupos de baile en el Festival Internacional en La Habana
El cuerpo de baile se lució, la orquesta estuvo
magnífica y la escenografía, soberbia. Julieta parecía enamorada y la rivalidad
entre Capuletos y Montescos sacaba chispas en el escenario. En el público, los
balletómanos de siempre, más toda la fauna festivalera de periodistas y
funcionarios.
En esta 24 edición, junto al Ballet Nacional de
Cuba, el Ballet de Camagüey y estudiantes de diferentes niveles, desplegarán
sus artes representantes de numerosos países de los cinco continentes. También
se realizarán talleres para niños y adolescentes y clases magistrales a cargo
de prestigiosos especialistas.
El Festival nació en 1960 con el objetivo de exhibir
la danza que se hacía en Cuba y al mismo tiempo mostrar al público cubano lo
que acontecía en el entorno mundial. La fiesta de las zapatillas ha pasado por
momentos realmente oscuros, por las deficiencias materiales y los tropiezos
burocráticos.
Este año, la sede que tradicionalmente alberga el
evento está cerrada. El hermoso Gran teatro de La Habana y su espectacular Sala
García Lorca siguen bajo un proceso de restauración que ha roto con todos los
plazos constructivos y la paciencia de los espectadores. Planificada su
conclusión para agosto de este año y con un costo de 30 millones de pesos,
nueve de ellos en moneda convertible, la reparación ha excedido el cronograma
de trabajo y las facturas a pagar. El resultado fue el reacomodo de las
presentaciones más importantes del Festival hacia el Teatro Karl Marx.
A pesar de todo, cada vez que descorren los telones
y comienza el Festival Internacional de Ballet de La Habana, es como si hubiera
ocurrido un milagro y así lo percibe el público.
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