NUEVA YORK (15 Noviembre 2014).- Como “insostenible”
describió Marisol Carrero (44) la situación por la que atraviesa desde hace
siete meses, cuando ConEdison cortó el servicio de gas en su edificio del 3224 de
Grand Concourse, en El Bronx.
La misma situación afecta a los demás inquilinos—en
su mayoría hispanos—de los 114 apartamentos del inmueble, y a los residentes
del edificio de 466 East de la calle 10 en Manhattan, sin gas desde el 16 de
octubre.
Maximina Osorio (83) y su esposo Salvador González
(74) temen que su salud se vea más deteriorada por la falta del servicio. Al no
poder cocinar con la estufa, la dieta del matrimonio se limita a “pan, jamón y
café”. “No hay chavos ni salud que aguante”, dijo Osorio, que padece diabetes y
problemas respiratorios.
El inmueble, parte del complejo Jacob Riis de NYCHA,
tiene 117 apartamentos. “Estamos en el proceso de reparaciones, que incluyen la
sustitución de la principal línea de gas subterránea”, respondió en un comunicado
la agencia de vivienda pública de la ciudad.
Los escapes de gas pueden resultar en tragedias como
la del 12 de marzo pasado, cuando la explosión de un caño maestro y el
posterior derrumbe de dos edificios en East Harlem provocaron la muerte de ocho
personas y dejaron a docenas de familias sin hogar y a varios comercios
destruidos.
Cuando se detecta un escape de gas, ConEdison corta
el suministro a todo el edificio. El dueño del inmueble debe hacer las
reparaciones correspondientes, y luego llamar a un inspector de ConEdison que
debe verificar si las instalaciones están en condiciones de volver a recibir el
fluido.
Un portavoz de la empresa indicó que han aumentando
las patrullas de fugas de gas, que anteriormente se hacían una vez por año a
una vez por mes.
El propietario del inmueble de El Bronx habría ya
realizado la reparación pero están a la espera de la documentación
correspondiente para continuar con la reconexión. En promedio, la restauración
del servicio demora cuatro semanas.
El mencionado edificio era propiedad de la
corporación 3224 Grand Concourse LLC, pero a mediados de esta semana fue
adquirido por Asden Properties. Un vocero de la firma declaró que “estamos
trabajando sin descanso para restaurar el gas. Nuestra principal preocupación es
la seguridad de nuestros inquilinos”.
“Me siento tranquila porque están arreglando el
problema, pero es mucho tiempo el que llevamos así”, dijo Carrero, que desde
abril se ha visto obligada a comer en restaurantes. Esto le ha afectado el
bolsillo. “Es muy costoso y es un gasto que se sale de mi presupuesto”, aseguró
la mujer.
Por
CRISTINA LOBOGUERRERO/Edlp
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