Chikungunya, un virus con cerca de un millón de infectados en América
SAN JUAN, Puerto Rico (9 Diciembre 2014).- América,
y sobre todo el Caribe, han aprendido en 2014 lo que es el chikunguña o
chikungunya, un virus sin vacuna ni tratamiento que en este año ha pasado de
ser un completo desconocido en el continente a contagiar a cerca de un millón
de personas y estar relacionado con la muerte de 150 personas.
El 6 de diciembre se cumple un año de la
confirmación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del primer
contagio autóctono de chikunguña, ya que hasta la fecha se habían registrado
casos importados de personas infectadas mientras viajaban por otras regiones
del planeta.
El primer caso autóctono se detectó en la isla
caribeña de San Martín y en menos de una semana ya se habían contabilizado
diez, lo que encendió las alarmas ante una posible propagación a otras islas
caribeñas del virus CHIKV.
Este virus se transmite de una persona contagiada a
una sana a través de la picadura a ambos del mosquito Aedes aegypti (el mismo
que el del dengue, muy extendido en la región) y el Aedes albopictus.
La enfermedad se detectó en Tanzania, donde se identificó
por primera vez en 1952 y se mantuvo circunscrita a esa región. Desde 2004 se
localizaron brotes intensos y extensos en África, islas del Índico y el
Pacífico, incluidos Australia y Asia.
En 2007 se tuvo noticia de ella en Italia, donde se
produjo un brote en la región de Emilia-Romagna, pero desde entonces no se
había registrado evolución geográfica alguna, hasta que llegó a América y,
según todos los expertos, ha llegado para quedarse y hacerse cada vez más
fuerte.
Según la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), hasta el 21 de noviembre se habían contabilizado en el continente unos
915.000 casos sospechosos, y de acuerdo con la Agencia de Salud Pública
Caribeña (CARPHA), sólo en las islas caribeñas había hasta mediados de noviembre
más 750.000 casos sospechosos.
Se entiende como casos sospechosos los de quienes
presentan todos los síntomas y viven o han visitado en las dos semanas previas
áreas donde la enfermedad es epidémica.
La propia CARPHA explica que los datos que manejan
las organizaciones sanitarias -que en su caso hablan de tan solo 16.350 casos
confirmados- están “subestimados”.
Chikungunya
Ello se debe a que muchas personas ya no acuden a
los hospitales, conscientes de que no hay mucho que se pueda hacer, y a que
éstos han dejado de enviar muestras para realizar la doble comprobación
necesaria para contabilizar la infección como caso confirmado.
De acuerdo con ambas organizaciones, en América se
han registrado 150 muertes de personas que en el momento de fallecer tenían el
virus, todas en la región del Caribe.
Eso no quiere decir que el virus sea la causa del
fallecimiento, ya que, de hecho, el chikunguña muy raramente provoca la
muerte. Los síntomas de este virus,
cuyo tiempo de incubación va de tres a siete días, son fiebre, sarpullidos y
dolor fuerte en las articulaciones, de cabeza y muscular.
En comparación con el dengue, la infección por
chikunguña ocasiona un dolor más intenso y localizado en articulaciones y
tendones, el inicio de la fiebre es más agudo y su duración más corta, y es
raro observar hemorragia grave.
El hospital Luis Eduardo Aybar( Morgan), recibe
niños con la Chikungunya.
Aunque la sintomatología suele remitir entre los
siete y los diez días, el dolor y la rigidez articular pueden persistir durante
varios meses, algo que sabe bien ya cerca de un millón de personas en 39 países
del continente.
A nivel ciudadano, sólo se pueden tratar de evitar
las picaduras con precauciones como cubrir la piel, usar repelentes, permanecer
en recintos con aire acondicionado, evitar la acumulación de agua estancada y
usar mosquiteros, ya que hasta el momento no existe vacuna alguna para
combatirlo.
El director de CARPHA, James Hospedales, emitió en
mayo una alerta de epidemia para el Caribe, algo que han ido imitando desde
entonces los gobiernos nacionales de muchos países de la región. Entre las naciones más afectadas destacan
República Dominicana y El Salvador, así como Haití, Martinica, Guadalupe,
Colombia y Puerto Rico.
Los Centros estadounidenses de Control y Prevención
de Enfermedades (CDC), que cifran el número de contagios en 875.000 hasta el 7
de noviembre, han alertado de que el ritmo de propagación del virus no da
muestra alguna de ralentización, algo que mantiene alerta a las autoridades
estadounidenses.
Durante los diez primeros meses del año se habían
contabilizado 1.600 casos de personas que había llegado a EE.UU. con el virus
tras sus respectivos viajes a Latinoamérica y el Caribe, aunque de momento no
se han detectado transmisiones autóctonas en ese país.
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