WASHINGTON (21 Diciembre 2014).- El presidente
estadounidense, Barack Obama, ha condenado el asesinato 'sin justificación de
dos policías que patrullaban en barrio de Brooklyn, en Nueva York.
"Yo incondicionalmente condeno el asesinato de
dos oficiales de policía en Nueva York. Dos hombres valientes que no regresaron
a casa esta noche para encontrarse con sus seres queridos por un hecho para el
que no hay justificación", expresó Obama a través de un comunicado de la
Casa Blanca. Y añadió: "Le pido a la gente que rechace la violencia y se
pase a las palabras que sanan".
"Los oficiales que sirven y protegen a nuestras
comunidades ponen en riesgo su seguridad a diario" y por ello merecen
respecto y gratitud, afirmó el presidente. "Pido a la gente que condene la
violencia y las palabras que hieren", agregó.
Los agentes murieron asesinados la noche del sábado
por un hombre de 28 años, que disparó varias veces a través de la ventanilla
del coche policial en que se encontraban y después se suicidó. El atacante
había publicado horas antes varios comentarios contra la policía en las redes
sociales.
"Dos de los mejores de Nueva York han muertos a
tiros sin previo aviso, sin provocación", dijo dijo el jefe policial
William Bratton en una conferencia de prensa televisada. "Fueron
simplemente asesinados, por su uniforme, por la responsabilidad que tomaron
para mantener esta ciudad segura", añadió.
'Las manos manchadas de sangre'
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha
manifestado que los dos agentes fueron "fusilados, al estilo de una
ejecución". A pesar de las duras palabras, todas las iras del colectivo de
policías se dirigen al alcalde demócrata de la Gran Manzana, al que acusan de
no unirse a los agentes en la protestas de repulsa por el asesinato de sus dos
compañeros. De hecho, varios oficiales dieron la espalda De Blasio cuando llegó
al hospital de Brooklyn, donde ingresaron a los policías tras el tiroteo.
Pero fue el presidente del sindicato Patrolman's
Benevolent Association quien tuvo las palabras más duras para el alcalde.
"Hay sangre en muchas manos esta noche", dijo el presidente de dicha
asociación Patrick Lynch.
"Esa sangre en las manos comienza en la
escalinata del Ayuntamiento, en la oficina del alcalde."
Por su parte, el fiscal general del Estado, Eric
Holder, ha prometido que la investigación sobre lo ocurrido contará con el todo
el apoyo del Departamento de Justicia.
En las últimas semanas varias ciudades de Estados
Unidos fueron escenario de protestas contra la violencia policial, tras la
polémica suscitada por las muertes en los últimos meses de varios
afroamericanos desarmados a manos de las fuerzas de seguridad.
Uno de esos fallecidos fue el adolescente Michael
Brown, que murió por disparos de un agente blanco en Ferguson, en Misuri. La
muerte del joven provocó fuertes disturbios, que se reavivaron tras la decisión
de un jurado de no imputar al policía que acabó con su vida.
La familia de Brown también condenó los asesinatos
de los agentes de Nueva York. "Rechazamos cualquier tipo de violencia
contra los policías", afirmaron los abogados de la familia la noche del
sábado. "No puede tolerarse. Debemos trabajar juntos para que en nuestras
comunidades reine la paz", añadieron.
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