MÉXICO D.F (25 Diciembre 2014).- Bajo una torrencial
lluvia, padres de los 43 estudiantes mexicanos probablemente masacrados hace
casi tres meses se congregaron esta Nochebuena afuera de la residencia del
presidente Enrique Peña Nieto para "darle una lección de fortaleza" y
"mostrarle que jamás" dejarán de buscarlos.
"Estamos aquí para darle una lección de
fortaleza, para mostrarle que jamás dejaremos de buscarlos aunque sea solos,
dado que su gobierno no ha podido encontrarlos a pesar de tener los recursos
para hacerlo", dijo la noche del miércoles Felipe De la Cruz, padre de uno
de los estudiantes.
Usando improvisados impermeables hechos con bolsas
de basura, los humildes padres y madres de los estudiantes se apostaron a
metros de las puertas principales de la residencia oficial con enormes
fotografías de los jóvenes colgando de sus cuellos. Decenas de antimotines les
impidieron acercarse más a las entradas de la residencia oficial Los Pinos, que
tiene una extensión de unos 56.000 metros cuadrados.
"Tú estás en tu casa tranquilo, festejando la
Navidad, comiendo, pero nosotros como madres y padres de familia estamos
sufriendo por nuestros hijos... ífueron policías los que se los
llevaron!", desgañitó en el breve mitin la madre de José Eduardo Bartolo,
de 19 años, uno de los estudiantes de la escuela rural para maestros de
Ayotzinapa (Estado de Guerrero, sur).
"Los desaparecidos... ítoda la sangre que corre
en este país, todo es tu culpa!", añadió la mujer dirigiendo su mirada al
interior de la residencia de Peña Nieto, que solo se ha reunido una vez con los
padres de familia.
"Que no se pretenda darle carpetazo al caso
íEste dolor no lo podemos superar!", gritó otro padre.
La manifestación tuvo como finalidad demostrar
"el tamaño de nuestro inquebrantable espíritu", arremetió.
El 30 de octubre, Peña Nieto prometió en persona
"que se redoblarían esfuerzos para buscarlos, o que en el peor de los
casos, íbamos a tener noticias... le recordamos hoy que no ha cumplido",
prosiguió De la Cruz.
Triste
Navidad
"Nuestra Navidad es negra y triste como está el
cielo ahora, y la de él debe ser igual, aunque esté con su familia festejando
esta noche, los rostros de nuestros jóvenes van a seguir desfilando cerca de
él", sentenció afónico De la Cruz.
Los estudiantes desaparecieron el 26 de septiembre
en Iguala (Guerrero), a 200 km de Ciudad de México, después de ser baleados por
policías locales corruptos. La investigación de la fiscalía -basada en
declaraciones de sicarios detenidos- apunta a que los policías entregaron
después a los jóvenes al cártel Guerreros Unidos, que los habría asesinado e
incinerado sus cadáveres. Sin embargo, por el momento solo han sido
identificados los restos de uno de los estudiantes.
Esta Navidad, dijo De la Cruz, los padres de los
jóvenes que vivían en la empobrecida escuela de Ayotzinapa, la pasarán en
instalaciones de una organización de derechos humanos de la capital mexicana,
donde también se les ha atendido de múltiples enfermedades que por cansancio
han sufrido desde que inició su calvario la mañana del 27 de septiembre pasado.
Los desesperados y visiblemente agotados padres
volverán a marchar el viernes en Ciudad de México, cuando se cumplan tres meses
del brutal crimen, que detonó la peor crisis para el presidente desde que
asumió la presidencia a finales de 2012.
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