SAN DIEGO (8 Diciembre 2014).- David Robertson
encajaría perfectamente en los Astros de tantas maneras que sería difícil ver
que esta contratación no se hiciera realidad.
Es posible que en estos momentos Robertson no esté
de acuerdo con esto. No se trata solamente de un cambio de ambiente -- el ir de
los Yankees a los Astros -- sino de un cambio radical. Es pasar de un club con
las mayores expectativas a un conjunto que está cerca de alcanzar otro nivel.
Los Astros necesitarían convencer al cerrojero que
están a punto de mejorar. Están cerca, pero no hay nada garantizado. Cuando un
equipo promedia 104 derrotas en un trecho de cuatro años, es difícil ver el
lado positivo.
Pero sí se puede ver la luz al final del túnel.
Houston decidió hace tres años comenzar de cero. Pensaba que no llegaría lejos
con un roster lleno de veteranos y un sistema de Ligas Menores mediocre.
Ya comienzan a dar la vuelta. Mostraron una mejoría
de 19 juegos en el 2014. Ya cuentan con mejores piezas en su sistema de liga
menor.
Lo impresionante también es que Houston observó una
variedad de jugadores en su roster del equipo grande para tratar de identificar
cuáles piezas se quedarían en el equipo.
Los abridores Dallas Keuchel y Collin McHugh son dos
de esos muchachos. El relevista Tony Sipp puede ser otro.
El intermedista venezolano José Altuve ha surgido
como una estrella, un brillante jugador que puede ser visto como la cara del
club. Altuve es crucial porque, aunque todo comienza con los triunfos, es
bastante importante tener jugadores que llamen la atencióna los fanáticos.
La temporada pasada los seguidores de los Astros
tuvieron otra prueba de lo brillante que puede ser el futuro con el maravilloso
debut del jardinero George Springer y sus 20 jonrones en 78 encuentros.
Houston espera tener otro flujo de talento en los
próximos dos años cuando el torpedero puertorriqueño Carlos Correa, el lanzador
Mark Appel y otros cotizados prospectos lleguen a la Gran Carpa.
El gerente general Jeff Luhnow tendrá que completar
la construcción del roster al agregar poder y experiencia, además de otras
cosas.
Robertson encaja ahí. Es posible que los Astros
tengan que pagar más de la cuenta para adquirirlo, pero eso no sería un
problema. Después de no ver ganancias por la transmisión de sus juegos por
televisión la campaña pasada, su nuevo contrato les pagará US$57 millones por
temporada.
El cerrojero mejoraría drásticamente un bullpen que
en el 2014 tuvo efectividad de 4.80, la peor en las Grandes Ligas. Nada
desmoraliza más a un joven club que el dejar escapar ventajas a finales de los
juegos. Houston tiene brazos de calidad para preparar la mesa, pero no serían
de mucho valor si no pueden conseguir los últimos tres outs.
Robertson también brindaría liderazgo. Su trabajo
con los Yankees fue solamente lanzar en el noveno episodio. Derek Jeter, Brian
McCann y otros estaban encargados de las cuestiones del ambiente en el
clubhouse y la mentalidad del equipo.
En los Astros, la ética de trabajo y profesionalismo
de Robertson serían muy importantes para un club que comienza de cero. Con
Altuve, el lanzador Scott Feldman y el receptor Jason Castro, Houston ya cuenta
con jugadores que marcan la diferencia, pero no se trata solamente de talento.
Se trata de actitud, perseverancia y la mentalidad competitiva.
Robertson, de 29 años de edad, dio la cara como
cerrador un año después de la partida del panameño Mariano Rivera y consiguió
39 rescates en 44 oportunidades. El gerente general de Nueva York, Brian
Cashman, no ha dudado en elogiar el trabajo de Robertson y todavía podría
convencerlo a que renueve con los Bombarderos.
Muchos especulan que Robertson esté buscando un
contrato similar al del taponero de los Filis, Jonathan Papelbon -- cuatro años
y US$50 millones. Dicho pacto fue otorgado después de la temporada del 2011 y
fue una cantidad sin precedente para un cerrador en aquel entonces. Pero los
mercados siempre cambian.
Uno de los motivos es por las necesidades y las
circunstancias. A los Astros les gustaría contar con Robertson debido a lo que
traería al bullpen para las últimas entradas y al clubhouse.
Pero Houston también buscaría demostrarles a sus
aficionados que los malos momentos han quedado en el pasado y que la franquicia
está en un rápido ascenso.
Está claro que Robertson tiene otras opciones, pero
los Astros parecen estar dispuestos a hacer una mayor inversión. Si no logran
firmar al derecho, continuarían observando sus otras alternativas entre los
relevistas.
Pero Robertson sería el hombre indicado en el
momento preciso.
Por
RICHARD JUSTICE/LasMayores.com


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