Si te rompes un hueso en Uganda puedes acabar en el
hospital de Mulago, en Kampala, que lleva a cabo casi 100 cirugías ortopédicas
al mes.
La mayoría de ellas requieren el uso de taladros
quirúrgicos para volver a poner los huesos en su sitio, pero la falta de
recursos en ese país africano hace que muchos cirujanos dependan de
herramientas manuales.
Los taladros eléctricos en Uganda pueden llegar a
costar hasta $30,000 cada uno.
La falta de recursos hace que muchos cirujanos
tengan que operar con taladros manuales en África.
Por lo que poner placas e insertar tornillos de
manera eléctrica puede ser inaccesible para muchos hospitales.
La periodista de la BBC Catherine Byaruhanga explica
que la mayoría de las cirugías ortopédicas en Uganda se hacen con taladros
manuales, que requieren más esfuerzo físico y tiempo.
Pero ahora un equipo de ingenieros de Canadá
presentó una solución novedosa que hace el proceso más fácil y rápido.
Se trata de un taladro ordinario, el típico que
puedes encontrar en cualquier ferretería pero colocado en una bolsa
esterilizada y que cuesta mucho menos que los taladros médicos profesionales.
"Menos
energía y más operaciones"
El doctor Beyeza Tito, director de cirugía
ortopédica de la Universidad de Mulago, atiende a la BBC tras operar a un
paciente con cáncer.
La enfermedad le provoca debilidad en los huesos y
le hace propenso a las fracturas, por lo que el doctor Tito le ha colocando una
pieza en la pierna para que se la fortalezca.
En el pasado, la operación le hubiera tomado horas,
pero con el nuevo taladro es mucho más rápido.
"Estamos encantados de usar un taladro
eléctrico que requiere menos energía. Es muy preciso y a largo plazo vamos a
poder operar a muchos más pacientes en comparación con el taladro manual",
indica Tito a la BBC.
Una vez que acaba una operación, el doctor sólo
tiene que cambiar la broca y está listo para hacer una cirugía al siguiente
paciente.
Esta tecnología novedosa y que puede ser vital en
países en desarrollo como Uganda fue desarrollada por Arbutus Medical, una
compañía creada por un grupo de ingenieros de la Universidad de la Columbia
Británica (Canadá).
Ejemplo para otros países
Mike Concilla trabaja en esa compañía, cuyo objetivo
es hacer las cirugías más seguras en ambientes de pocos recursos.
En este caso, la clave para dar respuesta a la falta
de taladros médicos, explica Concilla, está en la cubierta fabricada con nylon
medicalizado.
Una vez que el taladro se mete en la bolsa y se
conecta con la broca, esta "bloquea los patógenos para que no pasen de la
sala de operaciones al taladro o del taladro a la sala de operaciones",
explica el ingeniero canadiense.
La cubierta está a prueba de agua y cierra al vacío
el cuerpo de la herramienta, de forma que lo único que está expuesto al
exterior es la pieza de metal que conecta la broca con el taladro.
Lo que hace la bolsa básicamente es evitar que el
taladro esté expuesto a la sangre, los huesos y tejidos que pueden propagar la
enfermedad y puede esterilizarse automáticamente.
En la actualidad, en el hospital de Mulago hay un
total de 18 cubiertas para taladros quirúrgicos.
Si se demuestra que son un éxito, podrían
convertirse en una herramienta común en hospitales de todo el mundo.
Fuente
BBCMundo
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