MEMPHIS (8 Enero 2015).- La figura de Elvis Presley,
probablemente la estrella más reluciente del Olimpo de la música popular del
siglo XX, sigue en plena vigencia cuando se cumple el 80 aniversario de su
nacimiento, y su legendaria voz y caderas siguen agitando emociones en todo el
mundo.
Las celebraciones de su "80 cumpleaños",
como lo presenta su exesposa Priscilla Presley, comezaron este miércoles en la
mansión de Graceland, en Memphis, donde vivió y reposan los restos el
intérprete de canciones ya inmortales como "In the ghetto" o
"Heartbreak hotel".
Todos los años miles de fans cumplen con la
peregrinación de congregarse ante Graceland con velas encendidas en homenaje a
"El Rey", a cuyas puertas se encuentran los dos aviones privados
propiedad de Elvis y que actualmente están en venta.
Entre los eventos encabezados por su exmujer,
cofundadora de Elvis Presley Enterprises, figuran la proyección de algunas de
sus películas y una fiesta de baile en la que por supuesto sonarán sus
canciones, y en la que participarán dos de los músicos de estudio del cantante,
David Briggs y Norbert Putnam.
Se recordará el primer acetato grabado por el
artista cuando era solo un joven desconocido de Tupelo, una pequeña localidad
de Misisipi.
Fue en agosto de 1953, cuando un Presley de 18 años
entró en las oficinas de Sun Records en Memphis, donde se había mudado con sus
padres seis años antes, para registrar dos canciones "My Happiness" y
"That's When Your Heartaches Begin".
La estrella siempre aseguró que tenían como único
objetivo ser un regalo para su madre.
Aunque sus primeras grabaciones pasaron
desapercibidas y tuvo que trabajar un tiempo como conductor, se convirtieron en
míticas joyas de la cultura popular cuando Presley revolucionó las ondas al
comenzar a sonar su versión de "That's all Right" en una emisora de
Memphis un año después, en 1954.
Pocos segundos después, el locutor recibió una
avalancha de llamadas preguntando por el intérprete.
A partir de entonces, la locura: innumerables
números 1, histeria colectiva, llamada a filas, Elvis de uniforme en Alemania,
y apariciones televisivas de infarto.
Entre ellas, sobresale la de 1956 en "The
Milton Berle Show". cuando el lúbrico oscilar de su caderas, que dio lugar
al mítico apelativo de "Elvis la pelvis", al cantar "Hound
Dog" quedó marcado para siempre en las retinas de los estadounidenses y el
mundo entero.
"Elvis compensa su escasez vocal con la más
extraña y sugerentemente simple recreación de las danzas de apareamiento de los
aborígenes", señaló entonces el New York Journal-American en su crítica de
la actuación.
Posteriormente, su estrellato en Hollywood,
multimillonarias ventas, más éxitos, su pasión por el kárate, y su progresivo
descenso a los infiernos de las adicciones y la decadente megalomanía.
A los 42 años, en 1977, "el rey del Rock",
nacido como Elvis Aarón Presley el 8 de enero de 1935, dijo adiós al mundo
terrenal y entró por la puerta grande en la historia de un género musical, que
se convirtió en una era en sí mismo y cambió para siempre el curso del siglo
XX.
Como diría John Lennon, en la cita más repetida
sobre la voz de "Jailhouse Rock" o "Love me tender", y con
quien comparte panteón en la cultura popular: "Antes de Elvis no había
nada".
O, en palabras de otra figura legendaria, Bob Dylan,
escuchar al "Rey" por primera vez fue "como escapar de la
cárcel".
En un ejercicio de imaginación algo macabra, el
diario de Minneapolis Star Tribune traslada hoy a Elvis a la actualidad, con
sus 80 años, y lo ve cantando sentando en una silla, pasado de peso como se
encontraba al final de su vida fruto de su desmedida pasión por los sandwiches
de mantequilla de cacahuete y el abuso de los fármacos.
No obstante, el diario apuesta a que "las
pobladas patillas se mantendrían, y al menos ofrecería un agitar de caderas y
una divertida pose de kárate" al entonar grandes éxitos como "All
shook up" o "Return to sender".
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