TAMPA BAY (12 Enero 2015).- Estos no son -- ni serán -- los Rays de antes. No se
verán los viajes de disfraces organizados por Joe Maddon. No contarán con la
gran presencia de David Price cada cinco días. Ben Zobrist no jugará lo que
parecía cada posición en el Tropicana Field. Y serán pocos los que insinuarán
ciegamente que cada movimiento que haga Tampa Bay sea ingenioso simplemente
porque Andrew Friedman lo haya realizado.
El cambio de identidad que está ocurriendo en los
Rays es drástico. Pero lo que Tampa Bay está haciendo es un resultado necesario
de su modelo de negocios, y algún día esta ola de maniobras se recordará como
un mal necesario.
Francamente, después de estos cambios--incluso
después de todos estos canjes y aparentes bajas-ese día podría llegar antes de
lo que piensan los escépticos.
Lo que los Rays han hecho durante esta temporada
muerta definitivamente se califica como "reconstrucción. Cuando cambiaron
a sus jugadores del medio del cuadro (el cubano Yunel Escobar y Ben Zobrist) a
Oakland, adquirieron a un buen infielder prospecto (Daniel Robertson) que viene
de una temporada en Clase-A a los 20 años de edad, para que éste posiblemente
algún día acompañe a un destacado prospecto del infield (el dominicano Willy
Adames) que viene de su temporada en Clase-A a los 19 años de edad.
No cabe duda de que el talento joven es la vida de
una organización como los Rays y para adquirirlo en ocasiones, debes dar a
cambio jugadores importantes que se acercan a lucrativos contratos.
"Comprendemos nuestras limitaciones y seguimos
la fórmula", señaló el presidente de operaciones de béisbol de Tampa Bay,
Matt Silverman. "En un mundo ideal no tendríamos que contemplar hacer esta
clase de canjes, pero no tenemos ese lujo".
Siempre es un proceso doloroso, es más así enviar a
otro equipo Zobrist, quien de varias formas fue la personificación de lo que
son los Rays -- y quien, de hecho, encaja bien en los Atléticos, debido a que
Oakland está enfocado en la flexibilidad y productividad que brinda.
Pero en las Grandes Ligas del 2015, un equipo como
los Rays no necesitará seguir la fórmula de "desmantelar el equipo con la
esperanza de volver a la relevancia en cinco años" que hemos visto
(especialmente en mercados de mercado pequeño y mediano) en el pasado. Y aunque
nadie le dará a estos Rays la etiqueta de claros contendientes bajo su nuevo
dirigente Kevin Cash, aún tendrían la base de un club competitivo que pueda
crearle problemas al resto de la División Este de la Liga Americana.
Hasta ahora, los Rays han tenido que ceder piezas de
impacto, han ahorrado dinero y han agregado a jugadores jóvenes.
Tampa Bay podría decir que esto es un intento de
reconstruir y reforzar al mismo tiempo. Hubo un tiempo en el que dicho plan era
casi imposible. Pero ya no vivimos en aquellos tiempos.
Lo que muchos dirían que los Rays todavía tienen --
al menos sobre el papel -- es el mejor grupo de abridores en el Este de la Liga
Americana. De hecho, ese será el caso si no se deshacen de más piezas -- o si
los Medias Rojas no agregan a Max Scherzer o Cole Hamels. Una rotación
integrada por Chris Archer, Alex Cobb, Drew Smyly y Jake Odorizzi (ninguno de
ellos mayor de 26 años de edad) llena de optimismo al equipo, y un regreso en
salud de Matt Moore a mediados de la temporada aumentaría tal intriga.
Ahora, el otro lado obvio de la moneda -- y lo que
podría hundir a este equipo -- es el problema que tendrían para anotar
carreras. Desafortunadamente, ése es el dilema para un club que juega como
local en el Tropicana Field.
Los nuevos Rays aún podrían tener esperanzas de que
su nuevos jugadores del medio del cuadro (el venezolano Asdrúbal Cabrera en el
campo corto y Nick Franklin y Logan Forsythe compitiendo o compartiendo tiempo
de juego en la intermedia) representen una mejoría en comparación con Escobar y
Zobrist, que el prospecto Steven Souza Jr. surja como una pieza clave y que --
sobre todo -- Evan Longoria luzca como el jugador de antes y no el misterio que
fue con porcentaje de slugging de .404 en el 2014.
Lo que los Rays están haciendo es colocarse en una
mejor posición para el éxito a largo plazo. Esto comenzó en verano pasado con
el cambio de Price, pero las repentinas partidas de Maddon y Friedman parecían
darle la bienvenida a una urgencia de cambiar a las piezas que tenían más
sentido. Adiós a Zobrist, Matt Joyce, Jeremy Hellickson, Ryan Hanigan , al
dominicano Joel Peralta y Sean Rodríguez. También adiós a Wil Myers -- y ese
canje definitivamente sorprendió a todos, aunque Souza podría amortiguar el
golpe.
Está por verse si llegarán otras sorpresas, pero el
presupuesto no sería el principal motivo como lo fue con Price y Zobrist. Los
Rays se perfilan para comenzar la campaña con una nómina muy debajo de los
US$76.9 millones del 2014, récord de la franquicia.
Estos Rays serán irreconocibles de muchas maneras. Y
muchos los señalarán como los favoritos para ocupar el sótano en el Este de la
Americana. Pero la verdad es que el conjunto no luce tan, tan mal. Esto sería
posible simplemente por su profundidad en su pitcheo. Tampa Bay no será señalado
por muchos (y erróneamente) como favoritos para ganar la Serie Mundial como lo
fueron hace un año, pero tampoco serán una presa fácil.
Durante una larga, extraña y en ocasiones dolorosa
temporada muerta, los Rays se han renovado -- a corto y largo plazo.
Por
ANTHONY CASTROVINCE/MLB.com
No hay comentarios.: