ALBERTO CONTADOR GANA SU SEGUNDO GIRO DE ITALIA Y YA PIENSA EN EL TOUR DE FRANCIA
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ROMA (31 Mayo 2015).- El ciclista español Alberto
Contador, de 32 años, inscribió su nombre por tercera vez en el historial de
campeones del Giro de Italia después de sus victorias en 2008 y 2011, aunque de
esta última fue desposeído por dopaje.
Todos los corredores del equipo Tinkoff-Saxo
lucieron hoy manillares de color rosa y el propietario, Oleg Tinkov, se tiño el
pelo del mismo tono para celebrar el triunfo de Contador, que ha participado
tres veces en la carrera italiana y en las tres ha terminado como ganador. El
positivo en un control de dopaje durante el Tour le privó de un Giro (2011) y
una ronda francesa (2010).
Con este nuevo triunfo, Contador ya tiene siete
"grandes" en su hoja de servicios: tres Vueltas (2008, 2012 y 2014),
dos Tours (2007 y 2009) y dos Giros (2008 y 2015).
La última etapa de la carrera italiana, un mero
trámite, como es tradicional en las grandes rondas ciclistas, tuvo como ganador
al belga Iljo Keisse, que cubrió los 178 kilómetros entre Turín y Milán en
4h18:37 y batió a su compañero de fuga, el australiano Luke Durbridge. Ambos
llegaron 9 segundos por delante del pelotón.
Contador salvó con apuros el liderato este sábado
cuando, después de entrar en crisis subiendo el puerto de Finestre, se
sobrepuso lo suficiente para conservar la "maglia" con 2:02 minutos
de margen sobre el italiano Fabio Aru (Astana).
El camino de Contador hacia Milán no ha sido un
camino de rosas. Las caídas y las averías mecánicas han sido parte de los
obstáculos que ha tenido que solventar.
Las angustias para el madrileño comenzaron en la
sexta etapa cuando, vestido de rosa, un aficionado lo derribó al hacerle una
foto a pocos metros de la meta de Castiglione. Consecuencia: el hombro
izquierdo dislocado.
El español no arrojó la toalla. Tiene un don
especial para soportar el dolor. Aunque renqueante, lejos de abandonar, en la
jornada más larga, 264 kilómetros, entre Grosseto y Fiuggi, sacó a relucir la
casta de los campeones y, a pesar de los problemas, en todo momento estuvo
pegado a la rueda de sus más directos rivales, el italiano Fabio Aru y el
español Mikel Landa, ambos del Astana, que lo escoltaron en el podio final.
Para intentar arrebatar la camiseta de líder a
Contador, Aru y Landa contaron con un colaborador de lujo, el australiano
Richie Porte, un candidato al podio que primero fue sancionado con dos minutos
por recibir la rueda que le prestó su compatriota Simon Clarke y que optó por
abandonar al día siguiente de sufrir una caída.
En la decimotercera etapa, Contador se vio
involucrado en una caída masiva cuando sólo faltaban tres kilómetros para
Jesolo y se quedó cortado: fuerte golpe en la pierna izquierda y pérdida de la
camiseta rosa, que se enfundó Aru.
Un pequeño revés que solucionó al día siguiente, en
la contrarreloj de 59 kilómetros dando una exhibición. Ganó el bielorruso
Kiriyenka, pero Contador recuperó la camiseta rosa y enviaba a Aru a 2:29.
Hasta entonces, el español nunca había cedido la camiseta de líder en las
grandes, Vuelta, Tour y Giro.
Tras el segundo día descanso el mítico Mortirolo con
Landa, Kruijswijk y Contador como protagonista. La jornada fue para Landa, pero
Contador alejaba un poco más Aru. Una etapa espectacular, de las que hacen
historia.
Contador se mostraba seguro y respondía sin mayores
problemas a los ataque de sus rivales, los componentes del Astana. Llegó de
rosa a su casa de Lugano (Suiza) con cuatro minutos de ventaja sobre Landa y
casi cinco sobre Aru, para afrontar con tranquilidad las tres jornadas de alta
montaña antes de llegar a Milán.
La que terminó en Verbania, con otro coloso en la
parte final, Monte Ologno, el líder no dudó en atacar y volver a superar a Aru
y Landa. Los dejó a más de cinco minutos, por lo que, a pesar de que faltaban
otras dos jornadas de alta montaña todo hacía indicar que iba a ser un paseo
para Contador.
El líder cada vez estaba más cerca de subir a lo más
alto del podio de Milán y más tras superar con éxito otras jornada que
terminaba en Cervinia, un puerto duro que llegaba precedido de otros dos a
pocos kilómetros de meta.
Contador se olvidó de Aru y se limitó a controlar a
Landa. El gran beneficiado fue Aru que se llevó la etapa.
Faltaba el último envite serio de montaña, la
penúltima etapa, con final en Sestriere, pero poco antes había que superar el
Finestre, cima Fausto Coppi en esta edición con sus 2.178 metros de altitud y
una subida de 18,5 kilómetros, los últimos ocho sin asfaltar.
Contador pasó momentos de profunda crisis en la
subida pero, sin ninguna ayuda, salvó la maglia rosa; mientras que Aru se
convertía en el rey de los Alpes. Ganaba por segundo día consecutivo y
desbancaba del segundo puesto a Landa, una de las revelaciones de la carrera y
vencedor de dos etapas.
El vencedor de la carrera dejó claro camino de
Sestriere, un día más, que tiene la capacidad de sufrimiento de los grandes
campeones. Como en otras ocasiones se quedaba sólo en el Finestre, sin ningún
compañero de equipo para ayudarle, pero lejos de ponerse nervioso reguló sus
fuerzas y la renta que le separaban de sus más directos rivales demostrando
madurez para superar su peor día de la carrera.
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